viernes, 31 de diciembre de 2010
Felices las jóvenes ballenas
Este año más Nértor que nunca. Cómo te extraño. Viva la juventud, vivan las ballenas, viva el mar.
Abracemos este año, más fuerte que nunca.
Abracemos este año, más fuerte que nunca.
Etiquetas:
Ballenas
jueves, 23 de diciembre de 2010
Alegría
Nos tapó la nieve. Poco ballenas. Se vienen, el nomadismo no deja asentar ideas. Se vienen.
Felices a los felices. Felices a los que viven y mueren en felicidad por los otros. El mar, las ballenas e io les deseamos felices. Porque ya somos una familia. Una revolución con alegría.
Felices a los felices. Felices a los que viven y mueren en felicidad por los otros. El mar, las ballenas e io les deseamos felices. Porque ya somos una familia. Una revolución con alegría.
Etiquetas:
Ballenas
sábado, 11 de diciembre de 2010
Radiografía
La nieve se hace agua en Berlín. Cerca de la estufa se calienta una lectura. Desde sur llegan noticias escalofriantes.
Porque no había quien reclamase la posesión de la nada sino nadie. Y ese nadie, que sólo existía dentro del dominador, era la voz de su fracaso.
La extensión no es grandeza; es la idea de la grandeza. No es riqueza; es la posibilidad del crédito hipotecario. No es nada.
Martínez Estrada
Porque no había quien reclamase la posesión de la nada sino nadie. Y ese nadie, que sólo existía dentro del dominador, era la voz de su fracaso.
La extensión no es grandeza; es la idea de la grandeza. No es riqueza; es la posibilidad del crédito hipotecario. No es nada.
Martínez Estrada
Etiquetas:
La República,
Lecturas
viernes, 3 de diciembre de 2010
Principio Potosí
El Principio Potosí en Berlín (la nota completa, acá)
La fe cristiana es a la especulación financiera como al trabajo en negro la colonización española de América. La exposición El Principio Potosí: ¿cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?, bajo la curaduría de Alice Creischer (Ex-Argentina), Andreas Siekmann (Ex-Argentina) y Max Jorge Hinderer, corre por estos días en Haus der Kulturen der Welt, Berlín. Apenas uno ingresa a la sala, acomete la pregunta de por dónde empezar. La necesidad de ordenar un recorrido se rinde instantáneamente al manual de 42 páginas que nos dan con la entrada. Y el “recorrido”, por así llamarlo, consta de cuatro etapas repartidas en 32 obras (instalaciones, proyecciones, pinturas, audios, documentos). Las etapas repiten y superponen las obras tramando un relato con estos ejes: “Existe una acumulación originaria que sólo se llama así”, “Existen los derechos humanos para tener derechos sobre los humanos”, “¿Cómo podemos cantar el canto ajeno en la Tierra del Señor?” y “Mundo al revés”. Aunque el recorrido evita una cronología dura, basándose en relaciones conceptuales y simbólicas, se puede desgajar una temporalidad que es significativa para entender porqué se evoca como principio la explotación de la Colonia en Potosí y se enfatiza una continuidad por otros medios en la actualidad. Las primeras tres estaciones, como otras que seguirán, presentan pinturas del barroco hispanoamericano, el arte producido por la Iglesia en las colonias americanas, cuyas imágenes plasman un orden del mundo (a favor de la dominación española) inspirando terror (con la amenaza del Infierno). El último paso del recorrido, en tanto, es la proyección oculta (para poder verla, el asistente debe levantar una hoja en blanco y colocarla delante del proyector) que muestra obreros de Dubai, cientos de obreros que salen de las construcciones fastuosas del emirato árabe. Este desplazamiento del tiempo y el espacio (de la Bolivia virreinal al Dubai hipermodernista), de los medios y materiales (pintura colectiva, video testimonial), de las fuentes e instituciones (la Iglesia, Internet) explicita un desarrollo del arte, claro, pero también cómo se transforma el rol de sus medios simbólicos, pasando de instrumentos de dominación a manifestaciones de denuncia. Este sentido estructura la muestra El Principio Potosí: delatar la acumulación originaria del capitalismo en la periferia (que no es más que todo el sustento del capitalismo) desde la Colonia a nuestros días, y los símbolos que sostuvieron dicho proceso.
Archivo Caminante, Molinari
La fe cristiana es a la especulación financiera como al trabajo en negro la colonización española de América. La exposición El Principio Potosí: ¿cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?, bajo la curaduría de Alice Creischer (Ex-Argentina), Andreas Siekmann (Ex-Argentina) y Max Jorge Hinderer, corre por estos días en Haus der Kulturen der Welt, Berlín. Apenas uno ingresa a la sala, acomete la pregunta de por dónde empezar. La necesidad de ordenar un recorrido se rinde instantáneamente al manual de 42 páginas que nos dan con la entrada. Y el “recorrido”, por así llamarlo, consta de cuatro etapas repartidas en 32 obras (instalaciones, proyecciones, pinturas, audios, documentos). Las etapas repiten y superponen las obras tramando un relato con estos ejes: “Existe una acumulación originaria que sólo se llama así”, “Existen los derechos humanos para tener derechos sobre los humanos”, “¿Cómo podemos cantar el canto ajeno en la Tierra del Señor?” y “Mundo al revés”. Aunque el recorrido evita una cronología dura, basándose en relaciones conceptuales y simbólicas, se puede desgajar una temporalidad que es significativa para entender porqué se evoca como principio la explotación de la Colonia en Potosí y se enfatiza una continuidad por otros medios en la actualidad. Las primeras tres estaciones, como otras que seguirán, presentan pinturas del barroco hispanoamericano, el arte producido por la Iglesia en las colonias americanas, cuyas imágenes plasman un orden del mundo (a favor de la dominación española) inspirando terror (con la amenaza del Infierno). El último paso del recorrido, en tanto, es la proyección oculta (para poder verla, el asistente debe levantar una hoja en blanco y colocarla delante del proyector) que muestra obreros de Dubai, cientos de obreros que salen de las construcciones fastuosas del emirato árabe. Este desplazamiento del tiempo y el espacio (de la Bolivia virreinal al Dubai hipermodernista), de los medios y materiales (pintura colectiva, video testimonial), de las fuentes e instituciones (la Iglesia, Internet) explicita un desarrollo del arte, claro, pero también cómo se transforma el rol de sus medios simbólicos, pasando de instrumentos de dominación a manifestaciones de denuncia. Este sentido estructura la muestra El Principio Potosí: delatar la acumulación originaria del capitalismo en la periferia (que no es más que todo el sustento del capitalismo) desde la Colonia a nuestros días, y los símbolos que sostuvieron dicho proceso.
Archivo Caminante, Molinari
lunes, 29 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
Que la sigan mamando
Para los perejiles que les gusta hacer de tecnócratas, que estudian cómo ser correctitos, para los viejos pelotudos que buscan espejos trasvetidos. Ahora somos ejemplo. El evangelio, más grande que nunca.
La mirada k, por Zaiat (ahaga click para la nota completa)
En ese mismo sentido, esta semana Dean Baker escribió en The Guardian que Irlanda debe estudiar las lecciones de la Argentina. “La decisión de hacer que los trabajadores de Irlanda, junto con los trabajadores en España, Portugal, Letonia y otros países, paguen por la imprudencia de los banqueros de su país es una decisión política impuesta por el Banco Central Europeo y el FMI.” Baker recuerda que a fines de 2001 era políticamente imposible para el gobierno argentino aceptar más austeridad. “Como resultado, se rompió el vínculo supuestamente indisoluble entre su moneda y el dólar y dejó de pagar su deuda.” Rescatando el antecedente argentino concluyó que para esos países “es más probable que el dolor de la ruptura sea menor que el dolor de permanecer” atado al euro.
Krugman & otros, como el economista coreano Ha-JoonChang, uno de los grandes expertos de la economía del desarrollo, observan con elogios la experiencia argentina del kirchnerismo, despreciada por el establishment y sus voceros. Esos referentes internacionales la exhiben para encontrar lecciones para los países europeos sometidos a un feroz ataque especulativo del capital financiero. El desconcierto de esos empresarios y gurúes de la city así se entiende: se les rompió el espejo, se resisten a aceptarlo y les muestran que están equivocados.
La mirada k, por Zaiat (ahaga click para la nota completa)
En ese mismo sentido, esta semana Dean Baker escribió en The Guardian que Irlanda debe estudiar las lecciones de la Argentina. “La decisión de hacer que los trabajadores de Irlanda, junto con los trabajadores en España, Portugal, Letonia y otros países, paguen por la imprudencia de los banqueros de su país es una decisión política impuesta por el Banco Central Europeo y el FMI.” Baker recuerda que a fines de 2001 era políticamente imposible para el gobierno argentino aceptar más austeridad. “Como resultado, se rompió el vínculo supuestamente indisoluble entre su moneda y el dólar y dejó de pagar su deuda.” Rescatando el antecedente argentino concluyó que para esos países “es más probable que el dolor de la ruptura sea menor que el dolor de permanecer” atado al euro.
Krugman & otros, como el economista coreano Ha-JoonChang, uno de los grandes expertos de la economía del desarrollo, observan con elogios la experiencia argentina del kirchnerismo, despreciada por el establishment y sus voceros. Esos referentes internacionales la exhiben para encontrar lecciones para los países europeos sometidos a un feroz ataque especulativo del capital financiero. El desconcierto de esos empresarios y gurúes de la city así se entiende: se les rompió el espejo, se resisten a aceptarlo y les muestran que están equivocados.
Etiquetas:
La verdad de la milanga
sábado, 27 de noviembre de 2010
El invierno
La nieve ya se reposa sobre las ramas. Estatuisa, como puede, los árboles. Acostumbrado a los inviernos porteños, su verdadera razón está de este lado. Los ciclos se cumplen, como los trenes. Pero esto no declara más que un orden de cosas, los trabajos y los días. De qué sirve nombrar el invierno de Buenos Aires para el norte. Carnaval todo el año, eso quieren y queremos. Y, como sabemos, las estaciones son una forma de organizar el tiempo. El invierno reclama para sí otra etiqueta. Un paisaje y otro tiempo. La independencia.
Allí vamos por partida doble.
Bicentenario.
Novísimas.
Gracias jotash!
Allí vamos por partida doble.
Bicentenario.
Novísimas.
Gracias jotash!
sábado, 20 de noviembre de 2010
Incontenible
El invierno es incontenible. Da alguna que otra tregua, el invierno en Berlín avanza como una tropa, una tromba, y el sentimiento es el de una guerra por perderse. A la corta o a la larga, el invierno triunfa. Incontenible, porque no hay nada que hacerle. No incesante,o sí, pero no poder frenarlo y no que arrase como si nada hubiera, nos borra de la descripción. Nos desborda. Es de noche a las 17, a las 1630 ya prenden las luces de la estación que veo desde la ventana. Imagino un invierno así en otros lares, en lugares no urbanos. Y que la ciudad siga funcionando pese a la oscuridad y el frío como si fuera verano, otro clima, otra vida. De noche hay más gente en la calle que de día. Son vampiros. Salen los fiesteros, los artistas, los desempleados, los borrachos, los adictos. Salen todos. Parece que quieren que el día se termine rápido. Que llegue la noche, que el invierno se quede. En una charla escuchaba a un profesor que recomendaba respetar las horas de luz como forma de vida, como manera de reconciliarse con el exagerado gasto y desgaste de energía. Limitarse a la luz solar para la actividad de nuestros días. Esas cosas que pueden pensarse cuando otros problemas no pegan gritos desde abajo. Ocupaciones válidas al fin. El invierno es incontenible, porque se podrían alcanzar conclusiones más hondas. La necesidad por encontrar un refugio rápido, hace a la supervivencia una rayuela.
Etiquetas:
Berlin
jueves, 18 de noviembre de 2010
Retomando los evangelios
Del gran Alfredo Zaiat. Completita
Uno de los caminos predilectos del discurso dominante para preservar sus privilegios es destacar la necesidad del diálogo y el consenso. Recomienda entonces la tolerancia y la convivencia democrática. Como ejercen y son el poder se trata de una relación asimétrica que busca adormecer el conflicto que puede afectar sus intereses. La idea de tolerancia para el establishment debilita las diferencias discursivas y enmascara las desigualdades. Cuanto más fragmentado se presenta el cuadro político y social, más resuena esa palabra, porque así el poderoso retiene su espacio de control, logrando la aceptación del sometido en aras del objetivo de la tolerancia. Esta es una exigencia, una imposición del ganador sobre el perdedor. Diálogo, consenso y tolerancia integran el glosario previsible de las entidades empresarias, reiterado en varios comunicados a lo largo de los últimos años. Se volvió a exponer en la reunión anual de la Unión Industrial Argentina que culminó ayer. En esta oportunidad, esa convocatoria a la convivencia quedó descolocada ante el desprecio expuesto por las principales cámaras empresarias para el intercambio de opiniones en la Comisión de Legislación Laboral de Diputados sobre el proyecto de distribución de utilidades entre los trabajadores. Ese desaire dejó en evidencia el sentido de esas palabras fetiche para el establishment. El consenso sólo sirve si es para aprobar iniciativas que resguardan sus beneficios. Cualquier alternativa es conflicto, autoritarismo, que no merece considerarse.
Pd: ya vuelvo eh,
Uno de los caminos predilectos del discurso dominante para preservar sus privilegios es destacar la necesidad del diálogo y el consenso. Recomienda entonces la tolerancia y la convivencia democrática. Como ejercen y son el poder se trata de una relación asimétrica que busca adormecer el conflicto que puede afectar sus intereses. La idea de tolerancia para el establishment debilita las diferencias discursivas y enmascara las desigualdades. Cuanto más fragmentado se presenta el cuadro político y social, más resuena esa palabra, porque así el poderoso retiene su espacio de control, logrando la aceptación del sometido en aras del objetivo de la tolerancia. Esta es una exigencia, una imposición del ganador sobre el perdedor. Diálogo, consenso y tolerancia integran el glosario previsible de las entidades empresarias, reiterado en varios comunicados a lo largo de los últimos años. Se volvió a exponer en la reunión anual de la Unión Industrial Argentina que culminó ayer. En esta oportunidad, esa convocatoria a la convivencia quedó descolocada ante el desprecio expuesto por las principales cámaras empresarias para el intercambio de opiniones en la Comisión de Legislación Laboral de Diputados sobre el proyecto de distribución de utilidades entre los trabajadores. Ese desaire dejó en evidencia el sentido de esas palabras fetiche para el establishment. El consenso sólo sirve si es para aprobar iniciativas que resguardan sus beneficios. Cualquier alternativa es conflicto, autoritarismo, que no merece considerarse.
Pd: ya vuelvo eh,
Etiquetas:
La República
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Hasta siempre
Pasan los días. Extrañeza, todavía, doble, por lo inesperado y por la lejanía (pensar la patria de lejos implica exagerar los propios deseos, empadronar testimonios, tamizar experiencias ajenas, seguir los relatos mediáticos). La fotógrafa, con quien comparto infinidad de sentimientos, quien lamentó reprochosamente mi residencia extranjera, rubricó parte de lo que viví en silencio y con amargura de ausencias (la de él, la mía, la mía en conjunto, con otros compañeros y compañeras), la vivencia que hubiese tenido y que no tuve.
(Los títulos son propias, espero que la fotógrafa sea haga cargo)
"Baustimo popular"
"Millones"
"Nunca menos" (ver acá)
Fotos: Pía Leavy y más acá
(Los títulos son propias, espero que la fotógrafa sea haga cargo)
"Baustimo popular"
"Millones"
"Nunca menos" (ver acá)
Fotos: Pía Leavy y más acá
Etiquetas:
Imaggio,
La República
domingo, 31 de octubre de 2010
Otros mares
Me verán en otros mares, como si el otro mar fuera otro planeta. Corresponsal que le dicen al prestado, nunca vendido.
El duelo perdura. Las ballenas se volverán hombres. Para su realización o para su desgracia.
Damaso Gomaz, ilustra.
El duelo perdura. Las ballenas se volverán hombres. Para su realización o para su desgracia.
Damaso Gomaz, ilustra.
Etiquetas:
Ballenas,
La interné
jueves, 28 de octubre de 2010
Es para vos
Lo escribí hace un rato ya. Desestimo alguna apreciaciones. Pero guardo un mismo pensamiento. Podemos unirnos sin los Kirchners. Es hora de ser kirchneristas sin ellos.
No recuerdo el cuento de Blanca Nieves. Sólo recuerdo que el espejo hablaba. Y que no podía mentir. Que la vieja era fea, y el espejo le decía fea. Y quién es la más linda: Blanca Nieves. El prejuicio no es un espejo. El espejo, usado en estos tiempos, en más de una casa de clase media, te devuelve un prejuicio que no se reconoce. Convengamos, en principio, que están los que apoyan este gobierno y los que no. Y en el medio, en ese espejo que dice la verdad pero en el que no se asume como tal el sujeto en cuestión, la clase media progre (entre comillas) que no apoya al gobierno. Aquí, no me preocupa tanto los que defenestran al gobierno ni los que son fervientes creyentes. Eso es claro y responde a condiciones históricas y simbólicas reconocibles. Quiero hablar, más bien, de esos que estamos frente al espejo y que, para lo lindo y para lo feo, tenemos que decirnos lo que somos, sincerarnos con lo que creemos para esta patria. De esta clase media depende el futuro del proyecto oficialista. Y como no me excluyo de este umbral, veo en otros contemporáneos la misma duda, el mismo prejuicio, que creo haber dejado atrás. Hace ruido, como quien dice, que alguien que se la da de progre no defienda a este gobierno. También suena raro que se nieguen a apoyar este proyecto, sirviéndose de conceptos de institucionalidad, de anticorrupción, de coherencia, de ir por los márgenes constitucionales, de las “formas”, de los tonos, y varias calificaciones que solamente responden a una estética, a un gusto, y como tal remite a una legitimidad simbólica de clase. Y si es de legitimidad de lo que se habla, solamente será de quienes mandan simbólicamente (y no se trata precisamente de este gobierno). Cada vez son más los conceptos que se crean para no aceptar que esos ideales semirealizados, estos cambios leves en algunos casos, históricos en otros, son lo que siempre defendieron de chamuyo, de café. También habrán derramado alguna lágrima ante la injusticia de este mundo, por algún ideal así y ahora no lo quieren aceptar. Se van de mochila a Perú, admiran a Evo, sueñan con el Che. Pero no. Las formas, la coherencia, no sé qué macanas. Ni qué hablar de quiénes siguen defendiendo escuelas económicas que poco se ajustan a la cosa cotidiana y prefieren ser ejemplos de manual que realidades sociales. Pero, si se pararan frente al espejo , ¿serían capaces de sacarse el prejuicio que disfraza todo de formas e institucionalidad? O, por lo menos, ¿se sincerarían con sus intereses dominados por la clase dominante y que, en lugar de soñar con un nuevo orden, sueñan con countries, 4x4 y celulares a todo trapo? Es hora, es el momento. A quienes alguna vez se les puso la piel de gallina con una leve ilusión de mundo más justo, acá está. No es el mundo perfecto, pero hay que prestar atención por donde corre el río. Porque si hacen fuerza para el otro lado, cambia la corriente y hay que remar en contra.
Contrarreforma del prejuicio
Aquí la cuestión es otra. No es el sujeto, que lejos de responder a una identidad individual, recoge el guante de argumentos, aunque bien fundados, no pasan por el tamizado, sino que son reproducidos cual vector. No se trata de defender al gobierno, ni a Cristina ni a Néstor. Ellos son meros marionetas de un “grupo”, “sector”, como se llame, que poco se sentía identificado con las ideas y tipos de carismas que venían existiendo en la política pos dictadura. Cristina y Néstor no son nada. Al que se adormece en su prejuicio de clase, hay que invitarlo a creer que ni Cristina ni Néstor son los protagonistas de estos cambios. Ellos, cual políticos de natura, redescubrieron, despertaron e, incluso, parieron (esto sí es mérito “también” de ellos) un sector, una ideas, unas prácticas que habían desaparecido. Por eso, ellos no son líderes, sino que nosotros, los que apoyamos este proyecto, lideramos estos cambios. Cada vez que el gobierno estuvo casi en la lona, recurrió a lo que muchos esperábamos, tocó ese lugar en el corazón que estaba desilusionado. Ese corazón que veía en otros países, líderes comprometidos con sangre y lágrima en los ojos (Lula, Evo). Cuando estuvo para el KO, dijo “bueno, ellos nos votaron, para ellos laburamos, los otros nos cagaron”. Por eso no son santos de mi devoción. Pero si el fin es bueno y justo, poco importa su pasado. Y entonces dijeron basta de monopolio mediático, fútbol para todos, memoria, asignación universal. Aunque el prejuicio retumbe que son antidemocrácticos, es difícil imaginar el conflicto de la 125 como tal, cuya resolución no fue favorable para el gobierno, pero que abrió un debate público pleno de democracia. El prejuicio tira sobre la mesa las formas. Qué formas? La retórica diplomática es para estados con más justicia que este. Cómo vas a tratar al empresariado local, a los medios, a los campos (no todos, obviamente), que realmente proponen una situación de crisis constante. A alguien le queda alguna duda de que la inflación tiene un elemento muy codicioso detrás? Ni que hablar del prejuicio de la inconstitucionalidad. Es cierto, este gobierno va por los márgenes. Pero nunca pateó por afuera. Y ese acto de casi inconstitucionalidad nos lleva a otra pregunta. Posiblemente, supere las expectativas del gobierno, incluso. Rozar lo constitucional no necesariamente es algo antidemocrático. No siempre tiene que ver con una dictadura. Anti constitucional puede significar huir de esa lógica binaria de democracia-dictadura e insertarse en otra dimensión que tiene más que ver con una nueva justicia, un nuevo orden. Rozar lo constitucional expone las condiciones históricas de un modelo constitutivo del Estado y la sociedad que ya parece caduco. Eso también lo muestra otra discusión que este gobierno, a su pesar, sostiene con la oposición y los medios. Cómo mierda funciona este congreso, cómo mierda funciona la justicia (con minúscula). Este cambio es más esencial. Cuando nos quejábamos del que “cambia todo para no cambiar nada”, acá lo tenemos. Los Kirchners, quizás, no evalúan la dimensión de la transformación que están gestando. Eso los hace más humanos. Eso nos invita a una participación, a dejar de joder con el prejuicio, viejo. Ellos abrieron un camino, que ni ellos habían pensado en 2003, lo sabemos. Por eso, el prejuicio contra ellos, hay que dejarlo de lado, porque, pese a lo bueno, sabemos que no son tan distintos a los otros. Por eso, no son todos laureles. Pero nosotros, sin prejuicio, debemos aprovechar esta puja entre poderosos para sacar provecho de nuestro propio provecho. Debemos perseguir eso que bien hace, que es mucho, desestimar lo malo, que también es mucho, pero siempre desde el apoyo. De su lucha nos conviene ser botines. Porque, si no, es una fuerza que perdemos. Señalar lo malo, no es atacar a los Kirchners. Enfatizar esos errores, es no superar el prejuicio y apedrear las alas de los que poco tenemos y mucho soñamos. Hay que estar atentos para que no se pasen de la raya. Sí. Pero ahora, por necesidad, están con nosotros y entonces no hay que poner la desconfianza en el primer saludo. Hay que abrazar estas pequeñas justicias y grandes victorias y vigilar que la oportunidad de los hechos no es tanto de ellos, sino de nosotros cuando dejemos el prejuicio atrás y asumamos nuestra participación sin peros.
Crítica al prejuicio puro
Blanca Nieves y el prejuicioNo recuerdo el cuento de Blanca Nieves. Sólo recuerdo que el espejo hablaba. Y que no podía mentir. Que la vieja era fea, y el espejo le decía fea. Y quién es la más linda: Blanca Nieves. El prejuicio no es un espejo. El espejo, usado en estos tiempos, en más de una casa de clase media, te devuelve un prejuicio que no se reconoce. Convengamos, en principio, que están los que apoyan este gobierno y los que no. Y en el medio, en ese espejo que dice la verdad pero en el que no se asume como tal el sujeto en cuestión, la clase media progre (entre comillas) que no apoya al gobierno. Aquí, no me preocupa tanto los que defenestran al gobierno ni los que son fervientes creyentes. Eso es claro y responde a condiciones históricas y simbólicas reconocibles. Quiero hablar, más bien, de esos que estamos frente al espejo y que, para lo lindo y para lo feo, tenemos que decirnos lo que somos, sincerarnos con lo que creemos para esta patria. De esta clase media depende el futuro del proyecto oficialista. Y como no me excluyo de este umbral, veo en otros contemporáneos la misma duda, el mismo prejuicio, que creo haber dejado atrás. Hace ruido, como quien dice, que alguien que se la da de progre no defienda a este gobierno. También suena raro que se nieguen a apoyar este proyecto, sirviéndose de conceptos de institucionalidad, de anticorrupción, de coherencia, de ir por los márgenes constitucionales, de las “formas”, de los tonos, y varias calificaciones que solamente responden a una estética, a un gusto, y como tal remite a una legitimidad simbólica de clase. Y si es de legitimidad de lo que se habla, solamente será de quienes mandan simbólicamente (y no se trata precisamente de este gobierno). Cada vez son más los conceptos que se crean para no aceptar que esos ideales semirealizados, estos cambios leves en algunos casos, históricos en otros, son lo que siempre defendieron de chamuyo, de café. También habrán derramado alguna lágrima ante la injusticia de este mundo, por algún ideal así y ahora no lo quieren aceptar. Se van de mochila a Perú, admiran a Evo, sueñan con el Che. Pero no. Las formas, la coherencia, no sé qué macanas. Ni qué hablar de quiénes siguen defendiendo escuelas económicas que poco se ajustan a la cosa cotidiana y prefieren ser ejemplos de manual que realidades sociales. Pero, si se pararan frente al espejo , ¿serían capaces de sacarse el prejuicio que disfraza todo de formas e institucionalidad? O, por lo menos, ¿se sincerarían con sus intereses dominados por la clase dominante y que, en lugar de soñar con un nuevo orden, sueñan con countries, 4x4 y celulares a todo trapo? Es hora, es el momento. A quienes alguna vez se les puso la piel de gallina con una leve ilusión de mundo más justo, acá está. No es el mundo perfecto, pero hay que prestar atención por donde corre el río. Porque si hacen fuerza para el otro lado, cambia la corriente y hay que remar en contra.
Contrarreforma del prejuicio
Aquí la cuestión es otra. No es el sujeto, que lejos de responder a una identidad individual, recoge el guante de argumentos, aunque bien fundados, no pasan por el tamizado, sino que son reproducidos cual vector. No se trata de defender al gobierno, ni a Cristina ni a Néstor. Ellos son meros marionetas de un “grupo”, “sector”, como se llame, que poco se sentía identificado con las ideas y tipos de carismas que venían existiendo en la política pos dictadura. Cristina y Néstor no son nada. Al que se adormece en su prejuicio de clase, hay que invitarlo a creer que ni Cristina ni Néstor son los protagonistas de estos cambios. Ellos, cual políticos de natura, redescubrieron, despertaron e, incluso, parieron (esto sí es mérito “también” de ellos) un sector, una ideas, unas prácticas que habían desaparecido. Por eso, ellos no son líderes, sino que nosotros, los que apoyamos este proyecto, lideramos estos cambios. Cada vez que el gobierno estuvo casi en la lona, recurrió a lo que muchos esperábamos, tocó ese lugar en el corazón que estaba desilusionado. Ese corazón que veía en otros países, líderes comprometidos con sangre y lágrima en los ojos (Lula, Evo). Cuando estuvo para el KO, dijo “bueno, ellos nos votaron, para ellos laburamos, los otros nos cagaron”. Por eso no son santos de mi devoción. Pero si el fin es bueno y justo, poco importa su pasado. Y entonces dijeron basta de monopolio mediático, fútbol para todos, memoria, asignación universal. Aunque el prejuicio retumbe que son antidemocrácticos, es difícil imaginar el conflicto de la 125 como tal, cuya resolución no fue favorable para el gobierno, pero que abrió un debate público pleno de democracia. El prejuicio tira sobre la mesa las formas. Qué formas? La retórica diplomática es para estados con más justicia que este. Cómo vas a tratar al empresariado local, a los medios, a los campos (no todos, obviamente), que realmente proponen una situación de crisis constante. A alguien le queda alguna duda de que la inflación tiene un elemento muy codicioso detrás? Ni que hablar del prejuicio de la inconstitucionalidad. Es cierto, este gobierno va por los márgenes. Pero nunca pateó por afuera. Y ese acto de casi inconstitucionalidad nos lleva a otra pregunta. Posiblemente, supere las expectativas del gobierno, incluso. Rozar lo constitucional no necesariamente es algo antidemocrático. No siempre tiene que ver con una dictadura. Anti constitucional puede significar huir de esa lógica binaria de democracia-dictadura e insertarse en otra dimensión que tiene más que ver con una nueva justicia, un nuevo orden. Rozar lo constitucional expone las condiciones históricas de un modelo constitutivo del Estado y la sociedad que ya parece caduco. Eso también lo muestra otra discusión que este gobierno, a su pesar, sostiene con la oposición y los medios. Cómo mierda funciona este congreso, cómo mierda funciona la justicia (con minúscula). Este cambio es más esencial. Cuando nos quejábamos del que “cambia todo para no cambiar nada”, acá lo tenemos. Los Kirchners, quizás, no evalúan la dimensión de la transformación que están gestando. Eso los hace más humanos. Eso nos invita a una participación, a dejar de joder con el prejuicio, viejo. Ellos abrieron un camino, que ni ellos habían pensado en 2003, lo sabemos. Por eso, el prejuicio contra ellos, hay que dejarlo de lado, porque, pese a lo bueno, sabemos que no son tan distintos a los otros. Por eso, no son todos laureles. Pero nosotros, sin prejuicio, debemos aprovechar esta puja entre poderosos para sacar provecho de nuestro propio provecho. Debemos perseguir eso que bien hace, que es mucho, desestimar lo malo, que también es mucho, pero siempre desde el apoyo. De su lucha nos conviene ser botines. Porque, si no, es una fuerza que perdemos. Señalar lo malo, no es atacar a los Kirchners. Enfatizar esos errores, es no superar el prejuicio y apedrear las alas de los que poco tenemos y mucho soñamos. Hay que estar atentos para que no se pasen de la raya. Sí. Pero ahora, por necesidad, están con nosotros y entonces no hay que poner la desconfianza en el primer saludo. Hay que abrazar estas pequeñas justicias y grandes victorias y vigilar que la oportunidad de los hechos no es tanto de ellos, sino de nosotros cuando dejemos el prejuicio atrás y asumamos nuestra participación sin peros.
Etiquetas:
La República
lunes, 18 de octubre de 2010
Maratoneta
Gracias a mi informante, G&G.
Sí al ma, no a la humanización de las ballenas.
Dal Brasile al Madagascar: i 10 mila chilometri della balena maratoneta
Ha attraversato un quarto di mondo. È stata riconosciuta dalla coda. È il più lungo spostamento di un mammifero
Sí al ma, no a la humanización de las ballenas.
Etiquetas:
Ballenas
viernes, 15 de octubre de 2010
El atlas de las islas remotas
Al viejo se le ocurrió hacer un libro sobre las islas que nunca visitó ni nunca iba a visitar. El atlas de las islas remotas. Julio fue marinero mercantil. Digamos que se levantaba todos los días, al alba, para ir al puerto, cargar bolsas, partir, volver y volver a ir. El ponto. Hubiese podido, si quería, ser ingeniero, astillero. Pero el hombre quería el mar. Nada de quedarse a tierra. Todavía cuando no viajaba, salía a la calle, caminaba por Parque Patricios y pensaba cómo estaría el viento en la orilla. Trabajó para exportadoras suecas, alemanas, turcas. Había recorrido todos los mares. Había visto todos los soles, en sus colores, formas, lentitudes. Había leído muchos libros. Tres o cuatro, según la travesía. Y eso durante los treinti largos años de oficio. Pese a esa multiplicidad de paisajes observados y lecturas variadas, a pesar de la versátil capacidad de delatar el clima como pocos, encontraba todo idéntico. Daba lo mismo andar con la Chevrolet tartamuda por Zárate que entrar al puerto imperial de Hamburgo. Y como le daba lo mismo levantarse en la esquina de Caseros, donde había nacido, o en el puerto menos conocido del mundo, pensó en escribir no su experiencia de vida, que a él le resultaba decididamente monótona. Pensó en escribir sobre esos lugares de los que escuchó o vio en el mapa de pura casualidad. Una manchita arenosa entre tanto celeste. En todo caso, se dijo, escribir sobre las islas que, por no haberlas visitado nunca, lo dejaban imaginar –aunque sea imaginar– que existía algo que no se le asemejara. Una fruta que no fuera ni amarga ni dulce. Algún sistema de pesca diferente a los conocidos debido a cierta capacidad superior de la fauna marina autóctona. Por ahí, cierta disposición de la sombra que le revelara otra constelación estelar. Al fin, concluyó resignado, todo iba a terminar en semejanza. La incertidumbre de lo ignoto le daba un margen de posibilidad a lo mutante. Un agujero negro. El triángulo de las Bermudas. Por qué no.
Ya estaba grande para altamar. Lo jubilaron. No rico, pero sí tenía asegurado su futuro. Bastante solo, por cierto. La razón de que optara por trabajar de remisero. Seguía en el rubro transporte. Practicaba entonces la filosofía semántica o semántica filosófica a la que sometía al pasajero de turno. Deuda externa. Deuda viene de deber. Deber significa obligación y saldo nuestro respecto de otro, o sea, débito. Ambas cosas nos generan culpa. Sí, señor, es nuestra la deuda. Externa. Ex significa anterior. Terna es lo interior sin in-. Lo que no es dentro ni fuera es terna. Terna viene de tierno. Tierno de ternera. Ternera es lo intermedio de feto y vaca. Ternerita. Entonces, lo que ellos quieren, señora, es que les demos nuestra carne. Algo así como que reclaman la fuerza de trabajo de los inmigrantes que vinieron hace casi un siglo. Mi viejo, mi tía, su padre, señora. Ellos quieren que les devolvamos todo. No sólo quieren la vaca, la carne, quieren toda carne que les pertenezca sobre este territorio. Ellos también trajeron la vaca. Casi todo les debemos, sabe. Pero, yo, la verdad, sabe, no me siento culpable. Yo sé que ellos quieren de nosotros la carne. Viajé mucho, señora. Más de lo que se puede imaginar. Viajé mucho. Y siempre me dicen de la carne. Y de Maradona, claro. Pero mejor de ese no hablemos. Somos deudores de nuestra carne. Originalmente, en el Yuilyimaz, que es como la biblia de los tibetanos, el principio era carne. Nada de tierra, barro, costillas, girasoles. Carne, pedazo de carne, un bifecito. Que era carroña que venía del cielo y como en esa época el mundo giraba más rápido, la carne fue tomando forma, hasta llegar a lo de hoy. Es como que la energía aerodinámica fue dándole forma al cuerpo. Algo así como poner un pedazo de carne en una montaña rusa. Igual sabemos que no es verdad. Es todo fantasía. Pero adonde quiero ir es que la deuda no es de pesos, dólares, lo mismo da. De carne, la deuda ex de ternera. Sabe. Dígame si la aburro. Yo acá practico la semántica filosófica o la filosofía semántica, porque también escribo. Pero sobre otras cosas. Soy muy leído. De marinero, sabe. Laburé toda mi vida de marinero, por gusto. Pero también leía. Cultivarse que le dicen. Me jubilaron. Me alcanza. Pero me aburre estar en casa. Disculpe si le hablo tanto. Usted dígame y listo. Pasa que yo lo encuentro interesante.
Ya estaba grande para altamar. Lo jubilaron. No rico, pero sí tenía asegurado su futuro. Bastante solo, por cierto. La razón de que optara por trabajar de remisero. Seguía en el rubro transporte. Practicaba entonces la filosofía semántica o semántica filosófica a la que sometía al pasajero de turno. Deuda externa. Deuda viene de deber. Deber significa obligación y saldo nuestro respecto de otro, o sea, débito. Ambas cosas nos generan culpa. Sí, señor, es nuestra la deuda. Externa. Ex significa anterior. Terna es lo interior sin in-. Lo que no es dentro ni fuera es terna. Terna viene de tierno. Tierno de ternera. Ternera es lo intermedio de feto y vaca. Ternerita. Entonces, lo que ellos quieren, señora, es que les demos nuestra carne. Algo así como que reclaman la fuerza de trabajo de los inmigrantes que vinieron hace casi un siglo. Mi viejo, mi tía, su padre, señora. Ellos quieren que les devolvamos todo. No sólo quieren la vaca, la carne, quieren toda carne que les pertenezca sobre este territorio. Ellos también trajeron la vaca. Casi todo les debemos, sabe. Pero, yo, la verdad, sabe, no me siento culpable. Yo sé que ellos quieren de nosotros la carne. Viajé mucho, señora. Más de lo que se puede imaginar. Viajé mucho. Y siempre me dicen de la carne. Y de Maradona, claro. Pero mejor de ese no hablemos. Somos deudores de nuestra carne. Originalmente, en el Yuilyimaz, que es como la biblia de los tibetanos, el principio era carne. Nada de tierra, barro, costillas, girasoles. Carne, pedazo de carne, un bifecito. Que era carroña que venía del cielo y como en esa época el mundo giraba más rápido, la carne fue tomando forma, hasta llegar a lo de hoy. Es como que la energía aerodinámica fue dándole forma al cuerpo. Algo así como poner un pedazo de carne en una montaña rusa. Igual sabemos que no es verdad. Es todo fantasía. Pero adonde quiero ir es que la deuda no es de pesos, dólares, lo mismo da. De carne, la deuda ex de ternera. Sabe. Dígame si la aburro. Yo acá practico la semántica filosófica o la filosofía semántica, porque también escribo. Pero sobre otras cosas. Soy muy leído. De marinero, sabe. Laburé toda mi vida de marinero, por gusto. Pero también leía. Cultivarse que le dicen. Me jubilaron. Me alcanza. Pero me aburre estar en casa. Disculpe si le hablo tanto. Usted dígame y listo. Pasa que yo lo encuentro interesante.
Etiquetas:
Sin paraíso
domingo, 10 de octubre de 2010
sábado, 2 de octubre de 2010
La patria chica
El frío ya no galopa, se volvió una amenaza que sabe consumarse. Ni siquiera terminamos septiembre y se está poniendo violento esto. No importa. Nada nos detiene. Hoy jugamos al fútbol en treptower park.
Y en ese constrate extraño (no recuerdo) las mañanas soleadas por Villa del Parque. Me dijeron que andan ballenas por allí.
Gracias Martu, gracias Nacho.
PD: Esta ballena me generó particular interés y, por eso, la añoranza. La doble fotografía, a diferencia de otras imágenes balleneras, permite establecer una tridimensionalidad, aunque sea leve. Recompone, en breves, el contexto y el contexto es el barrio. Pero no sólo eso, sino que si únicamente colgara la foto de la ballena unísona, sería una más, entre tantas, y entraría a ese baúl de imágenes. Completamente ajena a su lugar de existencia fuera del mar. En cambio, si fuera solo la segunda, no despertaría la ternurita que genera la ballena sin más. Este par de fotos, entonces, son cara y ceca.
Y en ese constrate extraño (no recuerdo) las mañanas soleadas por Villa del Parque. Me dijeron que andan ballenas por allí.
Gracias Martu, gracias Nacho.
PD: Esta ballena me generó particular interés y, por eso, la añoranza. La doble fotografía, a diferencia de otras imágenes balleneras, permite establecer una tridimensionalidad, aunque sea leve. Recompone, en breves, el contexto y el contexto es el barrio. Pero no sólo eso, sino que si únicamente colgara la foto de la ballena unísona, sería una más, entre tantas, y entraría a ese baúl de imágenes. Completamente ajena a su lugar de existencia fuera del mar. En cambio, si fuera solo la segunda, no despertaría la ternurita que genera la ballena sin más. Este par de fotos, entonces, son cara y ceca.
martes, 28 de septiembre de 2010
Comedor oceánico
Los amigos aumentan el oleaje del mar y eso ayuda a la reproducción de las ballenas. Quien sabe de esto, también se pondrá contento por el mar (no sólo de ballenas) que inflaron en el comedor de los molineros del Borda, el programa de pre alta donde reciclan papel, tengo entendido. Pues bien, paradójicamente (y burdamente) podría decirse que la libertad desenfrenada del mar, ese horizonte circunferente representaría algo así como la ida (y no sabemos de la vuelta). Obstante, no es el mar visto por enamorados ni Cristobalito ni otros especuladores. Es el mar imaginado de Disney, de Homero, pero no de Titanic. También el de los documentales, incluso los falsos. Es el mar desconocido, donde la comunicación es posible por gestos, apenas sonidos pero no lenguas. Del mismo modo que ellos no deberían sentirse encerrados, encarcelados que quieren ver el mar, el comedor oceánico que los inunda los integra a la fauna marina donde hay animales acuáticos (obviamente) y animales terrestres busos, porque una vez que te fuiste de la cordura la puerta está siempre abierta. ¿Quién dijo que los chanchos y las ovejas no pueden nadar?
Gracias, Emepece, gracias Oveja, gracias loco!
Etiquetas:
Ballenas,
Imaggio,
La República
domingo, 26 de septiembre de 2010
La fresca
Se viene la fresca. El verano ya pasó, parece. El invierno viene galopando desde el sur.
Acá, el parque de Treptower. Mi lugar favorito. El mejor lugar de Berlín hasta ahora. Donde juego al fútbol, toma mate, salgo a correr.Queda cerquita de casa, no tanto, pero pensar que está a diez minutos de bici y que está a 10 del centro de Berlín me hace pensar sobre las formas de vida, la urbanidad. La confluencia naturaleza arquitectura es inmejorable. El río que parece una pileta, los árboles que bloquean cualquier horizonte de cemento. Y en el medio, un pedazo de monumento. El memorial soviético de majestuosa concepción. Todo perfectamente diseñado, y no me molesta.
Etiquetas:
Berlin
domingo, 19 de septiembre de 2010
Años de amistad
Veinte años no es nada. El tiempo de las ballenas es múltiplo de veinte. Un año en el mar son veinte de Gardel. Pensar que el mar era una hoya, un valle subacuático donde las profundidades escondían un qué sé yo. Balance ninguno. Las corrientes del norte no dejan lugar a los estanques. Todo corre mar arriba. Las pausas son la gestación de la metamorfosis.
Dos postales, del acá berlinés a ese entonces porteño, tandilense, donde el mar tuvo su erupción.
El atardecer del post-verano amaga con eternizar. Razones geográficas hacen que la caída del sol sea tan larga, tan lenta que juega con quedarse colgada en ese momento en que, desde un puente cualquiera, el sol, naranja furioso, invasivo, se postea detrás de la torre de Alexanderplatz. Al mirar ese horizonte detenido, que conecta este presente con el pasado reciente, con los veinte años, con los treinta y cuarenta años atrás, no pasa nada. O pasa que uno sigue caminando como si nada pasara, que la reflexión de que el momento ya tuvo otras copias, no del todo perfectas, y que ese comunica este momento con aquel otro y ese otro. ¿Una nueva vida se constituye de paisajes no vividos por otros? ¿Un edificio sobremoderno o una casucha hecha en pc representa una nueva vida? El atardecer furioso interrumpido por la torre dice: “Sí, ese fondo, ese momento sin tiempo definido y la interrupción eclipsolar de mi esfera quiebra tu sensación ahistórica”. Pero como si no lo murmurara, los pibes siguen caminando, bicicleteando para llegar a horario, todos distintos, cada uno al suyo y lo único que los mancomuna es el horizonte homogéneo del naranja atravesado por la torre.
Tandil, tras el viaje por Azul. No llegaban, los chicos no llegaban. Teníamos un fin de semana en una cabaña. Hacía frío, una neblina en la sierrita, ese ombliguito verde grisáceo. Clara y Blacki, rubia y morocha, labradoras, inspeccionaban por debajo de la puerta, cual policías, qué se tramaba en la cabaña. Lentejas. Salame. No llegaban. Una luna fresca marcaba los caminos a la ciudad de Tandil ya prendida. El verde se fundía con la oscuridad y no se distinguía qué era sombra y qué era verdad. Azul había quedado atrás con su mediodía pueblerino y su siesta de rey. Buenos Aires había quedado como una isla que invade otra isla, que está por. Buenos Aires era la tendencia abrumadora de un exterior que no se preocupa por mirar la lejanía. Tandil era más ombligo que nunca, porque venían los amigos y el guiso ya estaba a punto. Ellos llegaron tarde, con la noche.
El mar se comparte. Gracias amigos queridos.
Dos postales, del acá berlinés a ese entonces porteño, tandilense, donde el mar tuvo su erupción.
El atardecer del post-verano amaga con eternizar. Razones geográficas hacen que la caída del sol sea tan larga, tan lenta que juega con quedarse colgada en ese momento en que, desde un puente cualquiera, el sol, naranja furioso, invasivo, se postea detrás de la torre de Alexanderplatz. Al mirar ese horizonte detenido, que conecta este presente con el pasado reciente, con los veinte años, con los treinta y cuarenta años atrás, no pasa nada. O pasa que uno sigue caminando como si nada pasara, que la reflexión de que el momento ya tuvo otras copias, no del todo perfectas, y que ese comunica este momento con aquel otro y ese otro. ¿Una nueva vida se constituye de paisajes no vividos por otros? ¿Un edificio sobremoderno o una casucha hecha en pc representa una nueva vida? El atardecer furioso interrumpido por la torre dice: “Sí, ese fondo, ese momento sin tiempo definido y la interrupción eclipsolar de mi esfera quiebra tu sensación ahistórica”. Pero como si no lo murmurara, los pibes siguen caminando, bicicleteando para llegar a horario, todos distintos, cada uno al suyo y lo único que los mancomuna es el horizonte homogéneo del naranja atravesado por la torre.
Tandil, tras el viaje por Azul. No llegaban, los chicos no llegaban. Teníamos un fin de semana en una cabaña. Hacía frío, una neblina en la sierrita, ese ombliguito verde grisáceo. Clara y Blacki, rubia y morocha, labradoras, inspeccionaban por debajo de la puerta, cual policías, qué se tramaba en la cabaña. Lentejas. Salame. No llegaban. Una luna fresca marcaba los caminos a la ciudad de Tandil ya prendida. El verde se fundía con la oscuridad y no se distinguía qué era sombra y qué era verdad. Azul había quedado atrás con su mediodía pueblerino y su siesta de rey. Buenos Aires había quedado como una isla que invade otra isla, que está por. Buenos Aires era la tendencia abrumadora de un exterior que no se preocupa por mirar la lejanía. Tandil era más ombligo que nunca, porque venían los amigos y el guiso ya estaba a punto. Ellos llegaron tarde, con la noche.
El mar se comparte. Gracias amigos queridos.
Etiquetas:
Cumpleaños
sábado, 18 de septiembre de 2010
Agua mansa
Un viejo temita que allá por el casi año ocupó las primeras orillas de este mar.
Quién recuerda el post se lleva un premio.
Quién recuerda el post se lleva un premio.
Etiquetas:
El sordo que escucha Brahms
Estamos por cumplir años...
y lo vamos a festejar con todo. El silencio es rumido. El rumido ballenero es no como dice la Real: masticar por segunda vez, reflexionar o refunfuñar. El rumido bajo el océano consiste en hacer vibrar desde el interior hacia el exterior todos los músculos, entrañas, huesos. Y que esa onda sobrenade los mares y que, una vez, en el exterior haga spalsh, saliendo por el espiráculo, lanzando poesía al cielito lindo.
Si bien tenemos bici, andamos en carro, porque la velocidad hace al tiempo.
Etiquetas:
Ballenas
martes, 14 de septiembre de 2010
Lo que se viene
Cuando se veía nítido el horizonte, una luz más fuerte convierte lo iluminado en oscuro.
Acá el horizonte ballenero.
gracias irucha
Acá el horizonte ballenero.
gracias irucha
sábado, 11 de septiembre de 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
Silencio en aguas profundas (Tiefe Wasser)
Ahora, en un ratito, leo "Relato con un fondo de agua", de Cortázar. Próximamente, salgo de las profundidas. En alemán, traducido como "Erzählung mit einem tiefen Wasser", ilustrado bellissima por Franziska Neubert.
lunes, 23 de agosto de 2010
Whale Biking
Para el amigo Mauro, bicivolador, una señalización ballenera. Acá, también cruzan ballenas.
Próximamente, algo sobre el andar a tracción humana en esta ciudad.
Llegaron las 6000, de paso.
domingo, 22 de agosto de 2010
Sweet home
Puf. Hace rato que quería sentarme a bucear un rato. Berlín no llama a quedarse sentado en la pc muchas horas. La frase era "la vida es un verano". Si todos los veranos son así, la vida está llena de Berlín. Tardes de parque, picnic y cerveza. Asado aquí, bicicleta por allá. La noche se acuesta con la misma temperatura que la mañana. Dan ganas de caminar, de perderse, volver a encontrarse. Decidí no usar mapas más que antes de salir (google maps, las combinaciones de subte y tren). Por eso me perdí diez mil veces, unos cuantos subtes. Curtite la ciudad, era la idea. Perdiéndose es la única forma de re-conocer los rastros. Tanto es así que me quedé en bolas en la medianoche del martes, después de la milonga. Volví a gamba, una horita, pa la milonga otra vez. No se puede planear todo, le dije al ángel que salvo mi noche. Su rostro me decía que a ella no le hubiera pasado eso, y que, de pasarle (nunca nunca le hubiese pasado), no hubiese sabido cómo reaccionar. No está en su programación. Claro, yo también intento programarme al estilo alemán. Pero qué? Ver irse el tren y, en consecuencia, repensar qué toca hoy es un ejercicio sano. Allí, cuando no había más transporte hasta el próximo día, ese alma me prestó un colchón y unas tazas de café en su casa.
Domingo de verano. Domingo de vida. Pese a la amenaza meteorológica de que ayer era el último día de verano, hoy vuelve el sol, el calor no común para Berlín. Creo que toca fulbito, karaoke en bicicleta, terminar unos laburos. Después viene el reencuentro con la casa en la que nunca viví, pero que al verla sentí que ya la había vivido. Raro, no? Desde que llegué al portón, después cuando vi las dos ventanas enormes con vista a las vías del tren, cuarto piso. Siempre la pregunta por el tiempo. Cuánto nos acercamos a vivir un tiempo pictórico y no lineal? Ya viví ahí? Realmente ya estuve viviendo ahí? Posiblemente. También es pregunta por la semejanza. Qué idea de hábitat tiene el hombre? Ver la cueva, el rancho. Mejor dicho, confeccionar el cueva, armar el rancho. Con qué idea de cueva y rancho? Con la que recuerda de otra vista o con la que sienta a su imagen y semejanza? La imagen de su sentimiento de hogar? Qué de común hay en los habitantes de dicho hábitat? Como en la imagen del buzosnorkel y la ballena. La ballena también tiene ganas de hacer turismo por Buenos Aires, por Berlín?
Se me viene al recuerdo el vuelo a Frankfurt. Pasaron un documental de ballenas y cómo nuevas tecnologías podían sopapear una cámara en el lomo de la ballena. Ver cómo se mueven, cómo se conducen, el movimiento en el mar de las ballenas.
Etiquetas:
Viaggio
lunes, 9 de agosto de 2010
Trampolín
Gracias Rita F.!!! Santiago K. el próximo va el tuyo.
Ando con poco tiempo y poca internet. Pero ando.
Breve. Un trampolín en el medio de un lago. A la orilla árboles. Detrás de los árboles la aurora. Cerca de la aurora Berlín. Estamos a unas horas de Berlín. Viviendo en una casa de verano para chicos, niños. Un lugar, un heim para la felicidad del verano. En estos días, escuché -ya no sé en qué lengua- la vida es como un verano. El lago tiene olas suaves, casi que ni son olas. Los niños saltan una y otra y otra vez. Salen del agua y saltan. ¿Cuánto habría que pagar por saltar de un trampolín en Bariloche?
Zas. Interrumpen mi blog ballenil. Acá la mesa de comandos es compartida. Se pierde un poco la trama. En el tango safari hay poco lugar para el silencio. Sólo en el lago, pero donde no llega la red. Por suerte. No me bancaría la quietud del lago interrumpida por los teclados.
Se renueva el silencio. Puedo ver el trampolín. Solito en el medio del lago. Una señal, pájaros no había. Había aurora que también se espajaba en el techo de la habitación. Todo parece ir para el mismo lado.
viernes, 6 de agosto de 2010
Willkommen
Hola. Recién hoy, luego de unas doce horas de sueño puedo empezar a reaccionar. Todavía no me siento muy en Alemania. Se debe, tal vez, a que mi recuerdo siempre fue blanco, nevado. Tal vez a que adeudo aún laburos porteños que próximamente saldaré. Ya hice todo lo que debía hacer a las primeras horas de Berlín (por lo cual me puedo volver): dönner (comida turca), cerveza, hacer 5 transbordos de subte en un recorrido de 15 minutos, comer el famoso franfurto con mostaza, pisar el postdamer platz, una suerte de florida pero con otra arquitectura cuanto más interesante. Bien hasta aquí la germany. La pregunta que surge es: abrir un nuevo mar? seguir este? Veremos. En la semana toca una campus de tango, tangosafari, donde voy a dar clases de cetaceo. Ayer tuve la primera noche berlinesa. Calorcito. Unos veinte y pico de grados, caminando por Prenzlauer Berg, una mezcla de San telmo y Palermo, todo el mundo con sus cervecitas y bicicletas andando por la calle. No sé si el aire tenía una felicidad o era mi sensación, un poco incerta empero, que inundaba todo de felicidad. Lo incierto es el porqué de acá, el para qué. La noche me arrastraba y uno se va con ella.
La foto? Mis primeras palabras serias en alemán fueron a una chica que pedía ayuda para rescatar no sé que osos en extinción. De una de las tantas fundaciones de animales. Por eso, y por el multikulti de Berlin, el saludo ballenero de bienvenida.
sábado, 31 de julio de 2010
Prrrrrrrrrr
Me estoy volviendo loco. Doctorados varios o ninguno (y eso que ni empezaron). Traducciones un montón, pero gratis (y eso que no terminé las que adeudo). Despedidas todas y siempre puede haber una más (aunque faltaron el 95 por ciento). Si el mar estuvo quieto, es porque se viene el tsunami. Si cambia el paisaje, que sea para un horizonte más bello. Escucho el ruido de los motores. De niño, los labios vibrando imitan el ruido de los motores: "pprrrrrrrrrrr". No sé qué grado de realidad tiene. Pero empujemos todos para que la ballena arranque.
jueves, 22 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
domingo, 18 de julio de 2010
Berlin
Falte poco, por no decir menos. Estoy lacónico. Es casi un mutismo o enmudecimiento de despegue. Ansiedad total. Ya extraño. Cómo quisiera llevar bsas a berlin. Subir todo a un barco y partir con la maleta llena de buenos aires. no sé porqué voy. pero voy. hay un quetrenquetren que suena en mis oídos. y el paisaje de tarde, un campo amarillo que acompaña la mirada y el horizonte que esconde las preguntas que todos sabemos. allá me espera buenos aires también? son dos cosas distintas. siempre me gustó viajar. a quién no? pero nadie quiere dejar cosas, algo o la misma nada. no quiero dejar nada y que todo venga conmigo.
el subte berlinés, ubahn que le dicen. y las corrientes que la ballena alguna vez recorrió pero que pronto, por no decir ya, está empezando a recordar.
Etiquetas:
Viaggio
viernes, 16 de julio de 2010
miércoles, 14 de julio de 2010
El oráculo
Eeeeeeeeeeeeeeesto es una locura. Berlín ya llega y estoy preparando el futuro. Para eso estoy consultando al oráculo de Delfos....
Próximamente algunas novedades. Estamos en construcción...
Etiquetas:
Viaggio
jueves, 8 de julio de 2010
Tiburón
Ayer, te fuiste como se van las hojas al fondo del mar. Si hubiera (seguramente lo hay) un cielo para los tiburones, aunque sea para los seres acuáticos, allí nos encontraríamos. Compañero de noches de alta mar. Conocedor de sendas orillas y tantísimas corrientes. Atrevido nadador de aguas dulces. Han pasado más de diez años. Y hemos recorrido tantos kilómetros. Nunca me dejaste en banda, ni cuando te quisieron robar, arremetiste y te quedaste con el volante suelto, pero te quedaste. Celoso eras. Tantas primeras citas pinchaste. Pero sabías que no te iba a dejar. Tiburón, tiburón... Cuando se nos va un auto, se nos va la vida, algo de ella. Volver a escuchar su motor, el cerrar de su puerta, el ocaso del baúl. Tiburón, tiburón...siempre quedarás en mi recuerdo. Allá en el fondo, se vamo a encontrar.
Etiquetas:
Ballenas,
In memoriam
domingo, 4 de julio de 2010
Sigamos brindando
Gracias al Lic. AP., también estudioso del mar ballenero, me entero que la flamante Teoría de la vanguardia de Peter Bürger ha sido criticada y repensada. A propósito de su actualización en relación con el nuevo arte (cibernético, audiovisual y toda esta cosa nueva), había propuesto a un catedrático de nuestra alta casa de estudios y director de una de las revistas más importantes sobre arte en Argentine que escribiera un prólogo semejante. A lo que respondió no atreverse. La próxima lo escribo yo, no sea cosa que sigan ocurriéndoseme ideas que se las plasman otros.
Acá, la nota en Ñ de ayer. Por Daniel Molina.
Acá, la nota en Ñ de ayer. Por Daniel Molina.
Cuando el arte decidió reinventarse
En Teoría de la vanguardia, un libro de 1974, ahora reeditado, Peter Bürger analizó las primeras dos décadas del siglo XX, que inauguraron "otra forma de pensar y hacer arte". El debate abierto por ese texto permite pensar hoy un campo téorico nuevo, de las neovanguardias a la cultura web.
En la versión impresa, hay un breve pasaje de la traduc...
Etiquetas:
Libros
miércoles, 30 de junio de 2010
Flying whaling horizon
Se hizo esperar, pero llegó. Licenciado al fin. Palabra nada bella y bastante degrada (especialmente por tanta carrera flash y masteres con fritas). Debería tener un nombre más piola. De hecho, preferiría algo más coloquial y simpático como troesma en letras. También sé que es mucho y por eso el vesre de maestro. Letrista suena más lindo, pero es algo de elite. Sin embargo, me gusta esa cosa de cirujano que anda de fondo. Aunque también está eso de escribir cocacola en las paredes. En fin, lo que importa es que siendo el mismo ya soy otro no tan alejado de lo que era y que, legitimación mediante, pareciera hacerme decir cosas importantes, aunque no siempre lo sean.
Gracias a todas las ballenas, orcas, delfines, morsas, focas y tantos otros tantos acuamamíferos por la interminable travesía puanera.
lunes, 28 de junio de 2010
Postales
Estas postales balleneras son para que me escriban cuando me vaya pa Berlín (3 de agosto). Antes podemos salir a festejar y despedirnos (que no tenga fecha de regreso no significa que no regrese, eh!). Quizás sean unas semanas o unos meses. Veremos cuánto duran los euros y cuánto extraño buenos aires (mejor dicho, mi vida por acá, a Macri no lo extraño).
En el entretanto, miro como un niño frente a discovery kids los partidos del mundial, las entrevistas, los programas que no son de fútbol pero hablan del mundial, los noticieros que repiten los goles, las repeticiones de los partidos, las conferencias de prensa, los resúmenes de las conferencias, todo todo. Como con la gripe A (dónde está, cuándo llega el fin del mundo?), volví a sentir la comunidad. Es decir, todos, aunque los que no quieran, saben algo, escuchan un rumor de jabulanis, un zumbido de vuvuzelas. Toditos mancumunados y conscientes que el destino (mediático) de la Argentina cambiará luego de este torneo. Todo un teatro de la realidad. Así como las guerras "sirvieron" (mejor digamos "pese" a las guerras) al avance técnico, tecnológico, científico en todas sus maneras y colores, los mundiales suelen ser campos de prueba y ejecución (acompañados por el consumismo) de los nuevos chiches. Sea High definition, sea televisión digital, sean pelotas jabulanis, sean cámaras increíbles (dónde queda la poesía desde los relentos de las imágenes?), sean los botines estelares que pesan lo que un telgopor. No vamos a retomar las comparaciones del fútbol como épica, la guerra y el fin del mundo. Nuestro lema es: "queremos más mundiales y menos guerras".
pd: muy frívolo el post no?
miércoles, 23 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
Angina voraz
Esta semana de anginas se complicó escribir algo. El dolor me volvió loco. Encima estuve con un laburo nefasto. Tengo que corregir un texto no sólo ortográficamente, sino su contenido también. Y a eso sumarle propuestas didácticas. El desafío era tratar de enseñar algo sin ideas. No me tiraba un centro el texto. Y bue, lo que resultó fue una inmolación. En las preguntas didácticas revelé las falencias del manual para educación en cárceles. Qué guacho pija! Pero bueno era la única manera (algo entretenida) de hacer pensar al texto. Porque de por sí no decía nada. Entre esas cosas, copié dos poeas de Yo no fui.
Actividad II
Los siguientes poemas pertenecen a la Antología Yo no fui (2005), producto del taller que se realizó con privadas de la libertad del Centro Federal de Detención de Mujeres de Ezeiza (Unidad 31) en el marco del Programa Nacional de trabajo en Cárceles y Readaptación Social (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación).
Algo
Con tu mente
algo vendrá
algo que jamás, sacudió
tu conciencia
no importará
la tierra que te rodea
el árbol que te soporta
el agua que admitió
tu pureza
algo…
en tu mente
te sacudirá
Edda Bikker
------
El misterio impredecible
empieza
a develarse
sabiendo a dónde voy
abro la puerta
cada mañana
y salgo en libertad
los muros
son mis amigos
pero voy
más allá
porque la mente
llega a dónde
te voy a encontrar.
Sol
¿Qué le sugieren estos poemas? ¿Habría que pensar en una educación artística en contextos de encierro? ¿Cómo ello puede potenciar el aprendizaje y la formación de identidad?
Etiquetas:
Escritorium cetaciis,
La República
lunes, 14 de junio de 2010
Bache
Baches. Definción o condición ontológica del tiempo. Grietas, cráteres. Bache. Che. El bache junta agüita, ese charquito que dura, unos días dura. Pero vuelve, como un lago, pequeño pero lago al fin. Y, pese a los gobiernos, en las calles reflorecen los baches, cual malezas, o como los quebrachos en el monte. El bache nunca deja de serlo. Para los vecinos, saben que siempre estuvo ahí. Y tape quien los tape (los candidatos pasan y puede ser más importante que la seguridad) los baches vuelven a estar donde siempre estuvieron. El ser del bache es amable. Nadie puede negar la simpatía que provoca. Tanto a los peatones que los saltan como a los conductores que los esquivan. Forma del paisaje y ya. El bache, lindo el bache. Sabemos, empero, que no podemos dejar que se reproduzcan como nómades. La vida sería un caos entonces. Será cuestión de enmendarlos, quizás de racionarlos. Pero ¿quién odia los baches? Vale la puteada. Vale. Pero también despiertan las ganas de nadarlos. De bucearlos. ¿Nos llevarán a otro mundo? "¿Qué hago acá?", se pregunta el bache. Y, por ende, a nosotros ¿qué querés que haga? "Bache sos" tira la mirada un sacudón. Bache, sí, podemos decirle. Es que siempre estás, como con ganas de tirarme y chapuzear. Aunque te tiremos toneladas de reboques, el bache está. Porque no es una cosa, ni un paisaje. Es una idea. El bache es una máquina de revelar vacíos. Como el sistema a cuerda de un reloj, los baches burbujean desde el querido recuerdo-presente. "¿Qué hacés acá?, glup, glup" el bache te devora. Muestra sus dientes, los miles taladros taktaktakt. Suave, suave, el bache remoja lo que se refleja. Apenas colores, pero los va amalgamando hasta que quede color charco. El bache, el bache. "Uy, ahí vienen a taparlo". Los vecinos aplauden. El bache se sigue riendo, porque sabe que está por hacerse en algún otro territorio del cuerpo.
domingo, 13 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
Ahora sí
A la espera de las correcciones...
Con este doble análisis, que tanto lo exige esta obra vanguardista, evidencia el estadio de autocrítica en el que se sumerge el arte (y la literatura) a principios del siglo XX. El análisis formalista preferiría el grado de autonomía (y, por ende, de pérdida del efecto social) que el arte fue adquiriendo en la sociedad burguesa, mientras que el materialista intenta recuperar las razones de tal autonomización. La autocrítica de Cinco metros de poemas no dialoga sólo con la autonomía del arte, sino que también se refiere a la mercantilización del objeto-libro (y de la vida moderna en general), a sus posibilidades materiales y de existencia, es decir, a la institución literatura. De la singular obra de Oquendo de Amat también surgen preguntas sobre el autor o el estatuto de obra. Aunque no se haya trabajado con el libro acordeón original, sino apenas con una fotocopia encuadernada, esto no imposibilita abordar Cinco metros de poemas. Seguramente, trabajar con el material original podría haber sugerido o profundizado los análisis recién expuestos. La soledad de la obra de Oquendo de Amat obliga a disparar sus relaciones con otros autores, con su biografía, con el contexto. Parte de la crítica prefirió seguir sus pasos por el exilio, forzando interpretaciones entre obra y autor. La crítica (académica) resucita, en una actividad casi arqueológica, una obra de la cual no se tiene un original, ni conforma un corpus amplio para sostener las lecturas. A partir de la construcción histórica-teórica de las vanguardias, este texto puede ingresar y empezar a dinamizar sentidos. Estas limitaciones, o imposibilidades, reales y hermenéuticas bien podrían cuestionar las taxonomías y los métodos de la academia. ¿Por dónde empezar a establecer relaciones? ¿Cuánto es necesario el original? ¿En qué medida la cataloguización por épocas, países o autor puede acordonar las lecturas? ¿La crítica no tiene sus propios intereses que no siempre son exhibidos en sus aplicaciones? ¿Hasta dónde el sistema académico de puntajes y citas y bibliografías nos acota la imaginación teórica? El abismo entre significado y significante o aquel que construye hipótesis causa-efecto parece apaciguarse con estas mediaciones (como todas) convencionales. Este análisis no es más que un producto de esos forzamientos críticos.
Con este doble análisis, que tanto lo exige esta obra vanguardista, evidencia el estadio de autocrítica en el que se sumerge el arte (y la literatura) a principios del siglo XX. El análisis formalista preferiría el grado de autonomía (y, por ende, de pérdida del efecto social) que el arte fue adquiriendo en la sociedad burguesa, mientras que el materialista intenta recuperar las razones de tal autonomización. La autocrítica de Cinco metros de poemas no dialoga sólo con la autonomía del arte, sino que también se refiere a la mercantilización del objeto-libro (y de la vida moderna en general), a sus posibilidades materiales y de existencia, es decir, a la institución literatura. De la singular obra de Oquendo de Amat también surgen preguntas sobre el autor o el estatuto de obra. Aunque no se haya trabajado con el libro acordeón original, sino apenas con una fotocopia encuadernada, esto no imposibilita abordar Cinco metros de poemas. Seguramente, trabajar con el material original podría haber sugerido o profundizado los análisis recién expuestos. La soledad de la obra de Oquendo de Amat obliga a disparar sus relaciones con otros autores, con su biografía, con el contexto. Parte de la crítica prefirió seguir sus pasos por el exilio, forzando interpretaciones entre obra y autor. La crítica (académica) resucita, en una actividad casi arqueológica, una obra de la cual no se tiene un original, ni conforma un corpus amplio para sostener las lecturas. A partir de la construcción histórica-teórica de las vanguardias, este texto puede ingresar y empezar a dinamizar sentidos. Estas limitaciones, o imposibilidades, reales y hermenéuticas bien podrían cuestionar las taxonomías y los métodos de la academia. ¿Por dónde empezar a establecer relaciones? ¿Cuánto es necesario el original? ¿En qué medida la cataloguización por épocas, países o autor puede acordonar las lecturas? ¿La crítica no tiene sus propios intereses que no siempre son exhibidos en sus aplicaciones? ¿Hasta dónde el sistema académico de puntajes y citas y bibliografías nos acota la imaginación teórica? El abismo entre significado y significante o aquel que construye hipótesis causa-efecto parece apaciguarse con estas mediaciones (como todas) convencionales. Este análisis no es más que un producto de esos forzamientos críticos.
Etiquetas:
Escritorium cetaciis
martes, 8 de junio de 2010
Pressing on
*
Bueno, bueno. Ya estoy terminando la cuarta y última (qué miedo, aunque faltan las aprobaciones). Con algunas indigestiones, menos cabello y otras tantas psicosomatizaciones (incluyendo un acarreo macrista del viejo tiburón). Como ahora es cuestión de volver a decirse qué hago acá (homenaje a mi primo, seba, y, por consiguiente, del gato g.), pensé en un libro (acaso otra cosa?). Y en eso, algo muy lindo...
La parte maldita, G. Bataille
*repito imagen porque lo vale, estoy suspendido, a punto.
Bueno, bueno. Ya estoy terminando la cuarta y última (qué miedo, aunque faltan las aprobaciones). Con algunas indigestiones, menos cabello y otras tantas psicosomatizaciones (incluyendo un acarreo macrista del viejo tiburón). Como ahora es cuestión de volver a decirse qué hago acá (homenaje a mi primo, seba, y, por consiguiente, del gato g.), pensé en un libro (acaso otra cosa?). Y en eso, algo muy lindo...
Mientras escribía el libro en el que afirmaba que la energía no puede más que ser dilapidada, empleaba yo mismo mi energía, mi tiempo, en el trabajo: mi investigación respondía de manera fundamental al deseo de acrecentar la suma de bienes adquiridos por la humanidad. ¿Tendría que decir que bajo estas condiciones sólo podía atender, en algunos momentos, a la verdad de mi libro y no podía continuar con su escritura? Un libro que nadie espera, que no responde a ningún problema formulado, que el autor no habría escrito si hubiera seguido la lección al pie de la letra, esta es, finalmente, la singularidad que hoy le propongo al lector. Y, sin embargo, esto incita, desde el comienzo, a la desconfianza. Sería mejor no responder a ninguna expectativa y ofrecer justamente aquello que repele, lo que se ignora voluntariamente por falta de fuerza: este movimiento violento de una sorpresa repentina que revuelve y retira del reposo al espíritu: una suerte de osada inversión: la sustitución del estancamiento de las ideas aisladas, de los tercos problemas de una angustia que no qiso ver, por una dinámica en armonía con el mundo.
La parte maldita, G. Bataille
*repito imagen porque lo vale, estoy suspendido, a punto.
Etiquetas:
Ballenas,
Visitando al Budda
domingo, 6 de junio de 2010
Marketing político
1 acelga = 1 dólar
No es lo mismo ir a la verdulería y pedir dos paquetes de acelgas que dos fajos de dólars.
Perón, que gran pera que gran fruta.
Aunque nos lleven la contra, la manzana y lo demás, será siempre la gran pera, nuestra fruta nacional.
acá el video completo de Ramiro Agujis
gracias her!
No es lo mismo ir a la verdulería y pedir dos paquetes de acelgas que dos fajos de dólars.
Perón, que gran pera que gran fruta.
Aunque nos lleven la contra, la manzana y lo demás, será siempre la gran pera, nuestra fruta nacional.
acá el video completo de Ramiro Agujis
gracias her!
Etiquetas:
La interné
jueves, 3 de junio de 2010
Se va la última
Sin mucho gusto, empieza la última de cuatro. Fue un viejo final de latinoamericana 2. Aquí va...
¿Qué puede decirse de unas palabras y unos papeles acordoneados que materializan Cinco metros de poemas? ¿Representa una obra este solitario libro de Carlos Oquendo de Amat? ¿Qué figura de autor se reconstruye a partir de este poemario? Este poeta peruano publicó su único libro por la editorial Minerva, finalmente, en 1927 (1928 según algunas fuentes). Habría sido escrito con anterioridad entre los años 1923 y 1925. Si bien fue contemporáneo a Vallejo y Mariátegui, no hay rastros de que se hayan conocido personalmente ni cruzado cartas. No obstante, la crítica (académica) los incluye dentro del período de vanguardias latinoamericanas. ¿Es un lenguaje inmanente el de la ruptura con la tradición que lo encolumna con estos personajes o se debe sólo a la simultaneidad de la producción? De aceptarse cierta similitud, empero, su vanguardismo radica en distintas razones. Mariátegui, pese a plantear cierta estética e imaginario peruano, su ámbito es el político. Por su parte, la labor de Vallejo tiende a reflejar los ideales de Mariátegui, recreando un lenguaje peruano, cuya “empresa metafísica” reivindica el simbolismo propio del indígena y la nostalgia “de exilio”, “de ausencia”. Carlos Oquendo de Amat, en cambio, sin ser renombrado ni ser tan leído por sus contemporáneos –por lo menos como una figura relevante– escribe una obra, quizás, tanto más radical por ocuparse no sólo del lenguaje poético dominante y el nuevo, sino también por pensar el libro dentro de sus condiciones de producción y circulación. Esto se resume, además de su disposición en acordeón, en una frase desolada que suena como pequeño prefacio o manual de lectura: “Abra el libro como quien pela una fruta”.
¿Qué puede decirse de unas palabras y unos papeles acordoneados que materializan Cinco metros de poemas? ¿Representa una obra este solitario libro de Carlos Oquendo de Amat? ¿Qué figura de autor se reconstruye a partir de este poemario? Este poeta peruano publicó su único libro por la editorial Minerva, finalmente, en 1927 (1928 según algunas fuentes). Habría sido escrito con anterioridad entre los años 1923 y 1925. Si bien fue contemporáneo a Vallejo y Mariátegui, no hay rastros de que se hayan conocido personalmente ni cruzado cartas. No obstante, la crítica (académica) los incluye dentro del período de vanguardias latinoamericanas. ¿Es un lenguaje inmanente el de la ruptura con la tradición que lo encolumna con estos personajes o se debe sólo a la simultaneidad de la producción? De aceptarse cierta similitud, empero, su vanguardismo radica en distintas razones. Mariátegui, pese a plantear cierta estética e imaginario peruano, su ámbito es el político. Por su parte, la labor de Vallejo tiende a reflejar los ideales de Mariátegui, recreando un lenguaje peruano, cuya “empresa metafísica” reivindica el simbolismo propio del indígena y la nostalgia “de exilio”, “de ausencia”. Carlos Oquendo de Amat, en cambio, sin ser renombrado ni ser tan leído por sus contemporáneos –por lo menos como una figura relevante– escribe una obra, quizás, tanto más radical por ocuparse no sólo del lenguaje poético dominante y el nuevo, sino también por pensar el libro dentro de sus condiciones de producción y circulación. Esto se resume, además de su disposición en acordeón, en una frase desolada que suena como pequeño prefacio o manual de lectura: “Abra el libro como quien pela una fruta”.
Etiquetas:
Escritorium cetaciis
martes, 1 de junio de 2010
Cada vez más cerca, cada vez más lejos
Estamos por... es la sintaxis que resumen este momento. Estamos por partir. Estamos por terminar. Estamos por llegar. Aclaro, el plural de la primera personas es porque todavía no me banco el yo, aunque sin duda se debe a que muchos de ustedes son parte de estos "arribos y partidas". En el entretanto, ya estamos casi por las 5000. Y se acerca el mundial! Barrilete cósmico!
Etiquetas:
Ballenas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)