martes, 28 de septiembre de 2010

Comedor oceánico


Los amigos aumentan el oleaje del mar y eso ayuda a la reproducción de las ballenas. Quien sabe de esto, también se pondrá contento por el mar (no sólo de ballenas) que inflaron en el comedor de los molineros del Borda, el programa de pre alta donde reciclan papel, tengo entendido. Pues bien, paradójicamente (y burdamente) podría decirse que la libertad desenfrenada del mar, ese horizonte circunferente representaría algo así como la ida (y no sabemos de la vuelta). Obstante, no es el mar visto por enamorados ni Cristobalito ni otros especuladores. Es el mar imaginado de Disney, de Homero, pero no de Titanic. También el de los documentales, incluso los falsos. Es el mar desconocido, donde la comunicación es posible por gestos, apenas sonidos pero no lenguas. Del mismo modo que ellos no deberían sentirse encerrados, encarcelados que quieren ver el mar, el comedor oceánico que los inunda los integra a la fauna marina donde hay animales acuáticos (obviamente) y animales terrestres busos, porque una vez que te fuiste de la cordura la puerta está siempre abierta. ¿Quién dijo que los chanchos y las ovejas no pueden nadar?

Gracias, Emepece, gracias Oveja, gracias loco!

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