viernes, 29 de enero de 2010

Pasaron los 3000! (hace rato)

A perfect day for banana fish

Bueno, por cuestiones monolíticas, las vaaciones debieron adelantarse. Salinger, que descanse en paz, junto a la banana fish.



"Do you like Sharon Lipschutz?" Sybil asked.

"Yes. Yes, I do," said the young man. "What I like particularly about her is that she never does anything mean to little dogs in the lobby of the hotel. That little toy bull that belongs to that lady from Canada, for instance. You probably won't believe this, but some little girls like to poke that little dog with balloon sticks. Sharon doesn't. She's never mean or unkind. That's why I like her so much."

Sybil was silent.

"I like to chew candles," she said finally.

"Who doesn't?" said the young man, getting his feet wet. "Wow! It's cold." He dropped the rubber float on its back. "No, wait just a second, Sybil. Wait'll we get out a little bit."

They waded out till the water was up to Sybil's waist. Then the young man picked her up and laid her down on her stomach on the float.

"Don't you ever wear a bathing cap or anything?" he asked.

"Don't let go," Sybil ordered. "You hold me, now."

"Miss Carpenter. Please. I know my business," the young man said. "You just keep your eyes open for any bananafish. This is a perfect day for bananafish."

"I don't see any," Sybil said.

"That's understandable. Their habits are very peculiar." He kept pushing the float. The water was not quite up to his chest. "They lead a very tragic life," he said. "You know what they do, Sybil?"

She shook her head.

"Well, they swim into a hole where there's a lot of bananas. They're very ordinary-looking fish when they swim in. But once they get in, they behave like pigs. Why, I've known some bananafish to swim into a banana hole and eat as many as seventy-eight bananas." He edged the float and its passenger a foot closer to the horizon. "Naturally, after that they're so fat they can't get out of the hole again. Can't fit through the door."

"Not too far out," Sybil said. "What happens to them?"

"What happens to who?"

"The bananafish."

"Oh, you mean after they eat so many bananas they can't get out of the banana hole?"

"Yes," said Sybil.

"Well, I hate to tell you, Sybil. They die."

"Why?" asked Sybil.

"Well, they get banana fever. It's a terrible disease."

"Here comes a wave," Sybil said nervously.

"We'll ignore it. We'll snub it," said the young man. "Two snobs." He took Sybil's ankles in his hands and pressed down and forward. The float nosed over the top of the wave. The water soaked Sybil's blond hair, but her scream was full of pleasure.

With her hand, when the float was level again, she wiped away a flat, wet band of hair from her eyes, and reported, "I just saw one."

"Saw what, my love?"

"A bananafish."

"My God, no!" said the young man. "Did he have any bananas in his mouth?"

"Yes," said Sybil. "Six."

jueves, 28 de enero de 2010

Repollos



De Marosa di Giorgio

Me acuerdo de los repollos acresponados, blancos -rosas
nieves de la tierra, de los huertos-, de marmolina, de la
porcelana más leve, los repollos con los niños dentro.
Y las altas acelgas azules.
Y el tomate, riñón de rubíes.
Y las cebollas envueltas en papel de seda, papel de fumar,
como bombas de azúcar, de sal, de alcohol.
Los espárragos gnomos, torrecillas del país de los gnomos.
Me acuerdo de las papas, a las que siempre plantábamos en
el medio un tulipán.
Y las víboras de largas alas anaranjadas.
Y el humo del tabaco de las luciérnagas, que fuman sin reposo.
Me acuerdo de la eternidad.

Vacations!

Hasta el primero de febrero descansando! (Aclaro, por consultas millonarias de otras ballenas).
Y les dejo una de mis lecturas favoritas, Marosa de Giorgio. Favorita y de verano, porque desde que la leí en febrero de 2003, siempre, como un amor de juventud, vuelvo a ella.


martes, 19 de enero de 2010

El ejemplo de Chile

Hace rato que no escribía sobre cuestiones importantes. Creo que la causa fue la renuncia a mi trabajo noticiero, que por un tiempo tuve que dejar los medios para despegarme del todo.
Cuestión que ayer, casi 2 de la mañana, en C5n cartel "El ejemplo de Chile". Imagen: Una multitud gritando "iiiiiiiieeeeeeeaaaaa" "iiiiiiiieeeeeeeeeaaaaaaaaa". Estaba un poco dormido y me pareció escuchar Viiiiiideeeeeeeelaaaaaaaa, Videeeeeelaaaaaaaa. Recolcholis, dije. Hasta ese entonces, desconocía el nombre del nuevo presidente chileno, llamado Piñera. La confusión, lingüísticamente, es aceptable en un 85 %. "Vi" es muy parecido a "Pi", "la" a "ra" (pensemos en los chinos y su "alfajol") y, en todo cántico, la sílaba del medio queda delagada a la vocal extendida. Después la imagen (y el susto pasó) y mostraron a Bachelet llamando a Piñera para felicitarlo por la Presidencia. Mostraron al opositor perdedor saludando a Piñera. "Después de veinte años vuelve la derecha", algo así decían felices los periodistas. Acto seguido, pasan este video de Chávez, escandalizados. Sobre la plaiesteishon y las barbis.

lunes, 18 de enero de 2010

Se pudre la cosa

–¿Cómo que se pudre la cosa?
–Sí, mamá, la cosa se pudre.
–Vos sabés que no tenés que andar con esos. Te usan, los usás, pero a larga te sueltan la mano y chau.
–No, mamá, esta vez viene en serio la cosa.
–¿De qué hablás Emilio? Tenés 20 años. Yo la viví, tu padre la vivió. Nosotros sabemos cómo termina, siempre igual. Quedate donde estás…
–Pero, mamá, es en serio la cosa. Dicen que van a volver al gobierno.
–¿En serio hablás?
–Sí, mamá, en serio.
–Bueno, si es así, mejor no te metas, porque va a correr sangre. Ay, por la santa madre, ¿lo escuchaste José? Se va a pudrir todo.
–Sí, papá, ya sabe. Me dijo que me quedara en el súper. Pero estoy podrido de laburar por dos pesos. Los chinos venden por dos pesos. Un día de estos, los chinos van a vender tipos.
–Hacé lo que quieras. Sos grande. Pero nosotros sí sabemos lo que es laburarla. Nos vinimos de San Miguel para acá y éramos más chicos que vos. Como está la cosa, quedate trabajando. Ni se te ocurra que te vamos a aguantar acá todo el día boludeando con tus hermanos ni a la mocosa de tu novia. Prefiero que te vayas a juntar mierda por ahí.

Juana se preparaba para ir a la Ciudad, a la casa donde limpiaba y cocinaba. Se puso las llaves en el bolsillo y salió. Todavía no era septiembre y el sol brillaba con cierta incomodidad. Resplandecía como en verano, pero el frío era feroz. Hasta la estación de José Cé Paz había unas cuadras. Las veredas estaban un poco húmedas de la noche todavía. Más cerca de la estación, pasó por la panadería. Saludó. Había más movimiento que de costumbre por la zona comercial. Estaban vaciando el local Rodie Sport. Cerraba. Juana no recordaba cuándo habían inaugurado ese local, pero imaginaba que lo habían abierto con la fundación de José Cé Paz. Se acordaba de que en las navidades sorteaban una bicicleta entre los clientes del año. Básica, pero con eso uno tiraba unos años de ahorro de caminata, y de zapatillas. De cualquier modo, hace años que no compraba nada. La señora Clarita, dueña de la casa donde laburaba, le solía regalar la ropa que sus hijos ya no usaban. Pero no importaba que no comprara, o que, incluso, nunca haya comprado nada, ni que nadie haya comprado alguna vez una zapatilla en Rodie Sport. Importaba más por sus aspiraciones. Regalar algo de Rodie, comprar algo en Rodie era un evento social. Y Juana, que tampoco recordaba haber entrado alguna vez, veía de qué trataba Rodie Sport. Dos paredes enteras con estantes de piso a techo, ahora vacíos, donde se supone estaban las cajas de las zapatillas. En el fondo, un millón, un poco menos, de posters. Jordan, Becker, Agassi, Cantoná, Romario, Valderrama, Gascoigne, Gatti. Al único que reconoció Juana fue al Diego del Boca del 81 y al del 95, con su franja amarilla en el pelo. Al lado de la puerta, el dueño de Rodie, don Adolfo Gutierrez, estaba sentado en unos cajones de soda. Los veía entrar, salir, llevarse todo en un saqueo lento y fleteado.

sábado, 16 de enero de 2010

Justo que...

No se debe a nada en particular. Se debe sólo a la letra, una parodia del tango. Creo que, ahora, sé por qué esta referencia en este día. No es el tango. No es la lluvia. Es la parodia. Son las tardes en las que la memoria juega a tomar por asalto los recuerdos y el día los da vuelta, los ridiculiza. Los años llevaron a carnavalizar experiencias y aquí estamos, del otro lado, del lado oscuro.

Justo el treinta y uno (de E. Santos Discepolo)

Hace cinco días,
loco de contento
vivo en movimiento
como un carrusel...
Ella que pensaba
amurarme el uno,
justo el treinta y uno
yo la madrugué...
Me contó un vecino,
que la inglesa loca,
cuando vio la pieza
sin un alfiler,
se morfó la soga
de colgar la ropa
(que fue en el apuro,
lo que me olvidé...).

Si ahorca no me paga
las que yo pasé.
Era un mono loco
que encontré en un árbol
una noche de hambre
que me vio pasar.
me tiró un coquito...
¡yo que soy chicato...
me ensarté al oscuro
y la llevé al bulín!...
Sé que entré a la pieza
y encendí la vela,
sé que me di vuelta
para verla bien...
Era tan fulera,
que la vi, di un grito,
lo demás fue un sueño...
¡Yo, me desmayé!

La aguanté de pena
casi cuatro meses,
entre la cachada
de todo el café...
Le tiraban nueces,
mientras me gritaban:
"¡Ahí va Sarrasani
con el chimpancé"!...
Gracias a que el "Zurdo",
que es tipo derecho,
le regó el helecho
cuando se iba a alzar;
y la redoblona
de amurarme el uno
¡justo el treinta y uno
se la fui a cortar!

Si gustó, se puede escuchar acá.

viernes, 15 de enero de 2010

No podía ser de otra manera

Llegó el post número 100!!! Tantas ballenas surcaron este mar, tantos los barcos de turistas que derribamos, tantas las olas que surfeamos, que hemos alcanzado el cielo cibernético. Y, como no podía ser de otra manera, la conjura ballenera universal (dixit borgeandus) ya fue cooptado por las grandes corporaciones. Cuando hace unos meses nadaba la primera ballena por estos territorios desterritorializantes no pensábamos que ibamos a llegar a esto. Gracias a todos. Pero, como todo tiene un fin, un apocalipsis, todo tiene su más allá, nos vinieron a cooptar, como Borocotó, o nos vienen a traicionar, como Cobos. Con una indignación que me supera, que me hunde en el más profundo odio, en el más elevado orgullo, pienso hacerle juicio a la ponja que me copió y distorsionó el mar. Y pienso atentar contra la nueva red boba social. Allí iremos para construir otra utopía. Allí vamos....

Acá, toda la conspiración.



Gracias Jotasch por el link, Visentin por la música!

martes, 12 de enero de 2010

Mmmm

mmmmm...... será la calor, será que no estoy más en una oficina? Tal vez. Tal vez se deba, tal vez, a que estoy leyendo demasiado, a que estoy almacenando nuevas ideas y gérmenes. También estoy traduciendo. Y traducir implica un dejo del yo bastante importante, porque pone en juego una desaprenhensión del propio lenguaje, uso del lenguaje. Peter Bürger tampoco es lo más fluido del mundo. Bastante cuadro. También tuve que reescribir un documento de un proyecto oficial. Estaba tan mal escrito que, creo, me contaminó. Y no se trata de la ortografía, se trata de la construcción de las oraciones. Para quien fue cumpa de la facultad sabe que la siguiente frase es una mentira, pero, no obstante, voy a ejecutarla: "la sintaxis (es decir, cómo se ordena la oración) imita el orden del mundo". Bueno, algo de eso había. 90 hojas pésimamente escritas develaba el distorisionado orden del mundo que tenía este documento sobre educación en contextos de encierro (cárceles, institutos de menores). En el entre tanto, hoy, cansado de estar en la compu, me puse a leer para un capítulo de libro que tengo que entregar en febrero. Trata de la profecía y Casandra. Goethe, en un verano frío italiano como éste, le escribía sobre el mismo tema a Humboldt (supongo que en alemán, pero lo encontré en inglés):

The weave of this primal tapestry amazes me more than ever—past, present and future are so beautifully integrated that the spectator becomes a seer, in other words, close to divinity.
And that is after all in the last resort the final mark of success in poetry of any kind, at any level.

Ahora, voy partiendo, que me voy al baile...

jueves, 7 de enero de 2010

Ballena hacia la salvación



Gracias SAntiago K.!

miércoles, 6 de enero de 2010

Sin paraíso

El primero de enero siempre (bueh, desde hace unos cuantos años) dedico unas horas a escribir. Poesía, ficción. Lo mismo da en ese día de sol y silencio eterno. Siempre me dije también que el primero de enero era un día de fin de mundo. A las tres de la tarde, nadie camina por la calle. Y cualquier cosa que pase es de una lentitud inquietante. Algo así como si las leyes del movimiento también se tomaran su feriado. Ahora que hay un mar, buscaré en el fondo viejos escritos de primeros de enero. En este año de bicentenario, tocó esto. Parte de esto. Espero, esta vez sí, llegar a algo. Aunque, quienes hacemos, decimos estas cosas (como la que sigue), no pensamos en los finales.


“¡Extraterrestres, extraterrestres!”, repetía Mariela delante del televisor. Era la hora. A eso de las cinco de la tarde, tarareaba alguna frase, alguna palabra. Eran las épcoas de la locura, una locura no declarada, no medicada, que llegaba para quedarse unos años. Otros años desaparecía, pero desde sus trece abriles la perseguía y no la dejaba criar a sus hijos en paz, no la dejaba trabajar. Al principio, pensaron que había sido una vecina que le había hecho algún trabajo de brujería. La mañana en que repitió por primera vez, debajo de la cama encontraron un pollo track despedazado que chorreaba sangre. Juana, la hermana, que sabía que Mariela estuvo cogiendo al hermano de su vecina, también su vecino, limpio todo rápido y lo metió en la olla para comerlo. “Charly, Charly” dijo ese día Mariela. Y así, como quien no quiere la cosa, Mariela se volvió una radio, la sentaban delante de la televisión y se pasaba la tarde viendo noticieros, dibujos animados y programas de chimentos. Resultó también que su madre, Juana también, prefirió llevarla al Hospital de la ciudad. Como no era primeras urgencias, años pasó de traumatólogos que le revisaban la cabeza por alguna contusión hasta nutricionistas que adjudicaban a la mala alimentación la alienación del mundo.
Extraterrestres, extraterrestres. Anotó José, el hermano de Mariela, quinto hijo de Juana. Durante los años en que Mariela sufría este rapto, José anotaba en un cuaderno las frases de su hermana. No era por un interés médico. José era fanático del manga japonés y la sentaba a ver los capítulos que él no podía por estar en la calle. Así, para no perderse los capítulos, usaba la desgracia en su favor como recording. Pero no era así, Mariela no percibía nada de lo que pasaba en la televisión. Mariela repetía nada que tuviera que ver con nada. Apenas, interactuaba con gesto en las conversaciones de quienes se sentaban a tomar mate y le hablaban. Ella respondía con una sonrisa o con un gesto de cansancio que consistía en inclinarse en el respaldo y poner las palmas sobre la mesa. Así podía quedar, reprochando no sé qué, hasta que llegara la hora de dormir. A veces, muy pocas veces, giraba la cabeza cuando sus hijos, Sharón y Mikael, venían a probar su pertenencia. Mariela giraba la cabeza, les extendía la mano y les daba algo que no existía. La mano estaba vacía, pero hacía (creía que realmente había algo) que les daba algo. Ellos lo agarraban y volvían al patio a jugar con la monada de sus primos.
Juana, la madre, se había resignado a buscar una cura. No era creyente. Pero sí suponía que la ciencia iba a ayudarla. Los doctores la paseaban por la ciudad, buscando otros doctores, buscando otras ciencias. Algunas hermanas llevaron curanderos, pastores. Nada, che, nada. Se repetía en el barrio. José, el padre, había pasado por lo mismo. Pero ya con cincuenta años a la rastra, con dos matrimonios encima y quince hijos a cuesta más otros tantos nietos. Además, José no estaba loco. Era borracho, un borracho fuerte, pero con pocas ganas. Y su borrachera no dependía de la locura monocorde de Mariela. Era una depresión recesiva. En el paraíso no se trabaja, decían las clases de catecismo que había aprendido José en su Tucumán natal. Pero a esta altura de la vida, José Cé Paz no era una vida, ni un paraíso y tampoco un lugar donde trabajar.

lunes, 4 de enero de 2010

Volviendo

Para terminar el 09 y empezar el 10, es bueno escuchar los salmos de San Zaiat.

Lectura del sábado: Carta a los apóstoles económicos

La cifra 3,83 es humillante para ese elenco de mercaderes de la información económica, comportamiento que no es exclusivo de profesionales encolumnados en la corriente ortodoxa. En una piel hipersensible debido a décadas de inestabilidad, golpes de mercado y violentas devaluaciones –la última fue durante la gestión presidencial de Eduardo Duhalde–, el dólar es una extraordinaria variable de disciplinamiento social y de orientación de las expectativas económicas. Por eso no son inocentes ni fruto de estudios técnicos asépticos los pronósticos acerca de la evolución del billete verde, ni su eco amplificado por parte de empleados en medios de comunicación.

El 3,83 debería servir como aprendizaje para una mayoría obsesionada con la cotización del dólar para eludir esas trampas que alimentan incertidumbres y favorecen a minorías privilegiadas. Ese 3,83 revela también la escasa consistencia en la mayoría de los análisis económicos de amplia difusión en ámbitos del poder, que exponen el deseo del emisor más que un examen de las condiciones internas y externas de un determinado proceso económico. Esos últimos factores son los que definen la cotización del dólar en términos económicos. Varios son los elementos que intervinieron en la dinámica cambiaria en 2009, que si los economistas de la city los hubieran considerado se habría evitado el papelón. Bochorno que, en realidad, no les preocupa demasiado porque saben que son herramientas funcionales del poder económico y, además, sus yerros serán prolijamente ocultados con la complicidad de todos aquellos que le demandan pronósticos para el 2010.


Lectura del domingo: La inundación de la Mesa Grande

En ese municipio agrícola-ganadero, como en casi todos con estrechos vínculos con esa actividad económica, los grandes productores de la zona son venerados y temidos por el pueblo. Son los que “brindan” trabajo y “mueven” el circuito comercial e inmobiliario de la zona, a la vez que “otorgan” apoyo político a su intendente. Por las características de esas sociedades, un rasgo distintivo de esas localidades agrícolas es la prepotencia e impunidad del poder económico local. Si a esa configuración regresiva de las relaciones económicas se sumó en los últimos dos años la presión extorsiva de las cámaras patronales de la Mesa de Enlace a las fuerzas políticas, más complicada se presenta la posibilidad de controles y sanciones del Estado por la construcción de canales clandestinos. De ese modo, el drama de San Antonio de Areco expone al mercado en su expresión más genuina de destrucción con un Estado subordinado a las corporaciones. Esta es la forma de organización política y económica por la que está batallando desde marzo de 2008 la alianza de la trama multinacional sojera con las fuerzas políticas subordinadas a los intereses de los poderosos. En San Antonio de Areco ya hubo una muestra de su resultado y de lo que se puede esperar con la consolidación de su hegemonía: la inundación.

domingo, 3 de enero de 2010

A jugar!

Acá los amigos del colectivo lanzaron, cual cohete soviético, un transbordador lúdico al ciber espacio. Para las abuelas que necesitan practicar la memoria, para los burros que no quieran espantarse. Colectivo de juegos.

Ah!, el manifiesto-lanzamiento:

Parece conveniente, en este inicio de lo que dimos en llamar “Colectivo de Juegos”, establecer algunos de los fundamentos que guían su realización.
No sabemos si es –necesariamente- el primero de los motivos, pero es ineludible contemplar la necesidad de mantener un ejercicio de la Memoria y la Reflexión, por distintos medios o canales expresivos.
El juego, es uno de ellos. Parafraseando a Bernard Shaw, no dejamos de jugar porque nos volvamos “viejos”, nos volvemos “viejos” porque dejamos de jugar. Podríamos discutir un largo rato acerca de qué significa “ser viejos” en nuestra nunca bien ponderada sociedad occidental de principios de siglo XXI. Pero es preciso, sobre todas las cosas, definir que implica “jugar”: Jugar no debería ser un verbo solamente vinculado a lo banal, a la pérdida (de tiempo, de recursos) o a la dispersión.
En estos primeros juegos que estamos desarrollando, eminentemente de ingenio o lógica, con una carga histórica también, nos proponemos re-utilizar las estructuras típicas de los juegos del género, con una veta que se acerque al repaso de momentos históricos, políticos ó culturales de la historia reciente de nuestras latitudes. Aunque al comienzo es posible que sea algo recurrente, intentaremos superar las fronteras arbitrarias, los límites territoriales impuestos de “lo argentino”, hacia por lo pronto “lo latinoamericano”.
Y lo mismo tendremos que hacer con la agenda de temáticas a tratar en ese marco que es amplia y felizmente heterogénea. Es también pelear un poco el sentido común de lo que puede o no ser utilizado para pensar, aunque tenga la apariencia de un “juego”.
Puede que sea un anhelo de verano en el cono Sur, pero aprovechemos los medios técnicos/tecnológicos para llevar estos (no tan) pequeños debates -a veces sutiles, a veces rimbombantes- por las pantallas y las manos de “compañeros de juego” por todas partes.

Es momento de empezar a jugar,

CdJ
30 de diciembre 2009

sábado, 2 de enero de 2010

Felisamemuero

Buenos días, buen año! Esperemos que sea un 2010 lleno de nuevas ballenas en el mar, de más amistad y más amor. Mañana arranco....