Sin mucho gusto, empieza la última de cuatro. Fue un viejo final de latinoamericana 2. Aquí va...
¿Qué puede decirse de unas palabras y unos papeles acordoneados que materializan Cinco metros de poemas? ¿Representa una obra este solitario libro de Carlos Oquendo de Amat? ¿Qué figura de autor se reconstruye a partir de este poemario? Este poeta peruano publicó su único libro por la editorial Minerva, finalmente, en 1927 (1928 según algunas fuentes). Habría sido escrito con anterioridad entre los años 1923 y 1925. Si bien fue contemporáneo a Vallejo y Mariátegui, no hay rastros de que se hayan conocido personalmente ni cruzado cartas. No obstante, la crítica (académica) los incluye dentro del período de vanguardias latinoamericanas. ¿Es un lenguaje inmanente el de la ruptura con la tradición que lo encolumna con estos personajes o se debe sólo a la simultaneidad de la producción? De aceptarse cierta similitud, empero, su vanguardismo radica en distintas razones. Mariátegui, pese a plantear cierta estética e imaginario peruano, su ámbito es el político. Por su parte, la labor de Vallejo tiende a reflejar los ideales de Mariátegui, recreando un lenguaje peruano, cuya “empresa metafísica” reivindica el simbolismo propio del indígena y la nostalgia “de exilio”, “de ausencia”. Carlos Oquendo de Amat, en cambio, sin ser renombrado ni ser tan leído por sus contemporáneos –por lo menos como una figura relevante– escribe una obra, quizás, tanto más radical por ocuparse no sólo del lenguaje poético dominante y el nuevo, sino también por pensar el libro dentro de sus condiciones de producción y circulación. Esto se resume, además de su disposición en acordeón, en una frase desolada que suena como pequeño prefacio o manual de lectura: “Abra el libro como quien pela una fruta”.
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