lunes, 6 de febrero de 2012

Las ballenas son ballenas y no otra cosa

La ecología. El pueblo. La ballena. El pueblo de cero. El colegio de biólogos marinos quiso representar una ballena, tal cual este especimen nadaba en los océanos. Los protectores se opusieron alegando que podría ser un banquete de unos cuantos gordos codiciosos. Los biólogos preocupados por la extinción dijeron hacer una ballena de tamaño real, que respirara, que nadara. Que fuera avistada por turistas e investigada por científicos. La ballena era tan perfecta que sus pares no la reconocieron, no la quisieron. No le enseñaron las virtudes de las ballenas, no sabía cómo cazar, ni cómo danzar en los aires. Vivió lo que duran unas fotos, lo que una burbuja acuática. Y quedó desperdigada en el fondo del océano, en el desierto del rigor.