martes, 4 de mayo de 2010
A mi juego me llamaron (dale que va)
lunes, 3 de mayo de 2010
No usaban gomina
Acá, la película del 69.
Pd: "La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser", tango "Cuesta abajo" de Le Pera
lunes, 22 de febrero de 2010
Ballena tango
Con amor, "tango de ballena"

Baile a beneficio
Pero no es que no tenga para escribir. Ando con cosas en la cabeza. Buscaglia, Lavandera, Domenech, la foto del mickey (de guada), otro artista ecuatoriano que me hizo acordar a Pablo Palacio, las partes de la historia de Mariela, más apocalipsis, en fin, más ballenas.
Ahora, como lo que viene en estos meses es escribir el final, toca tango, el de qué tiempos aquéllos, el del mono loco. Y en esa búsqueda me crucé con "un baile a beneficio". La risa supera cualquier análisis malandrún.
Música: Juan Carlos Caccaviello
Letra: José Alfredo Fernández
Con el lungo Pantaleón, Pepino y el Loco Juan, el Peludo Santillán, Tito y el Chueco Ramón, salimos con la intención de ir a un bailongo fulero a beneficio de un reo que se hallaba engayolado en Devoto y acusado por asuntos de choreo. Al buffet por la bebida fui con Tito y el Peludo, que ya estaba medio mudo por la curda que tenía; pero ahí encontré una cría chupando que daba gusto. Estaba el violero Augusto, Gatillo, el cortao Potranca y el Zorro, con una tranca que con verlo daba susto. Y entre el ambiente de minas estaban las de Mendieta con la flaca Pañoleta, la Paja Brava y la China, Pichota, la Golondrina, la mechera Encarnación, la Bizca del Corralón, la Grela de Puñalada, Sarita de la Cortada, y la Parda del Callejón. También la Lunga Sofía, doña Lola y la Ramona, la Lauchita y la Patrona, y la petisa María; la bigotuda Lucía, la Latera, la Zulema. Estaba toda la crema con sus pilchas domingueras y me pareció que entera se había venido la Quema. En el baile, meta y ponga, era brava la negrada; y, entre cortes y quebradas, una negra media conga bailando con un chabón, le dio al Loco un pisotón propiamente en el juanete: si Santillán no se mete el Loco le da un piñón. Pero un petiso careta al Loco le dio un sopapo; cayó lo mismo que sapo haciendo sonar la jeta. Intervino Pañoleta para arreglar la cuestión, el petiso para un rincón se las quería picar, pero lo hizo sonar de un tortazo Pantaleón. Después se armó la podrida: piñas, patadas, bancazos... Santillán tiró un balazo con un chumbo que tenía. Toda la gente corría, quedó la casa pelada; pa' terminar la velada yo me llevé un bandoneón, un Perramus, Pantaleón, y el Loco la jeta hinchada. |
viernes, 30 de octubre de 2009
¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
La ruptura frustrada:
Lo nuevo a la sombra de lo viejo en algunos tangos de Manuel Romero
¿Cómo explicar que antes de la época dorada hubo un intento paródico del tango? Quizás no sea parodia el término apropiado, puesto que ella se adecuaría más a la poética de Santos Discépolo, tal como la describe Pesce en su artículo “Discépolo, Onetti y Scalabrini Ortiz. El ancho mundo de la literatura y la cultura popular”. Será, tal vez, un gesto de reproche o simplemente uno burlón del diálogo que crea Manuel Romero entre “Tiempos viejos” y “Tiempos nuevos”. Según Franciso Canaro, la primera data de 1925. En cuanto a la segunda, si bien su fecha no está determinada con exactitud, se deduce que fue escrita en el período 1927-32 en el que Manuel Romero editó las letras con el nombre de su hermano Julio. Más allá de la fidelidad de los testimonios, es evidente que una es posterior a la otra. En la corporalidad misma de la palabra, las letras entablan una intertextualidad que, incluso, llega a la (auto)cita explícita de Romero.
“Tiempos viejos”: ¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
“Tiempos nuevos”: […] y cuando están mamados [los jovies que formaron la Guardia Nacional]les da por recordar: “Hermanos, aquellos tiempos que pasaron, ¿te acordás la noche que rompí un espejo en el Petit?”
No es sólo esta referencia burlona de un tango a otro, sino que existen otros elementos poéticos de intertextualidad, como la gomina o el cocó, o como el cambio de la letra dialógica de “Tiempos viejos” a un nosotros exclusivo más propio de manifiestos vanguardista de la época y también a la teatralización en “Tiempos nuevos” de aquella recreada en su predecesora. Además, en el caso de la gomina, otros tangos de Romero refieren a los valores sociales que su uso remite; como, por ejemplo, en “¡Pero usa gomina!” o “¡Gabino!”. En estas letras, Romero pone en juego no sólo los tiempos de la vida, sino los del tango como escuela de valores. No obstante, este leve giro en la visión de Romero sobre el tango y la propia producción poética parece no continuar en la línea de “Tiempos nuevos”. Basada en “Tiempos viejos”, en 1926 Romero escribe la obra de teatro Los muchachos de antes no usaban gomina, la cual fue llevada al cine en 1937 y 1948. Proponemos indagar, entonces, la intertextualidad entre “Tiempos viejos” y “Tiempos nuevos” de Romero en un contexto en el que el cine otorga otros éxitos y fracasos para la poética del tango.