Diciembre es un mes terrible. Me duele la cabeza. Este año, el mío, no termina el 31 de diciembre. Quizás, termine el 15 de enero, si es que me voy de vacaciones y antes termino un capítulo de libro. Si no, termina en mayo de 2010, cuando vaya a festejar el bicentenario. Mejor dicho, cuando entregue el próximo libro-traducción y el capítulo para otro. Qué fin de año.
Como dice mi abuela Tita:"el día que encuentre al que inventó el trabajo, lo mato".
El que inventó el trabajo seguro está de vacaciones, querido! Colo
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