martes, 3 de noviembre de 2009

Lévi-Strauss: Requiescat in pace

Decir que Lévi-Strauss es uno de los pensadores que más me gusta leer está mal visto por los pasillos de Puán. Además de elegir títulos tan estimulantes como El pensamiento salvaje o Mitológicas. Lo crudo y lo cocido, sus conceptos se vuelven fascinantes por el modo de su escritura. Si existe alguna manera de llevar a la praxis pensamientos, él lo hacía con una escritura que no da descanso y, así, abría un abismo ante el lector. Piensa, esa es la única forma de desentrañar algo de lo cerebral que existe en el animal politicon. Ahora, su ambición desmesurada es mito.


"Obertura" en Mitológicas. Lo crudo y lo cocido:

Ocurre con los mitos lo que con el lenguaje: el sujeto que en su discurso aplicase conscientemente las leyes fonológicas y gramaticales -suponiendo que poseyera la ciencia y la habilidad necesarias- no dejaría de perder en seguida el hilo de sus ideas. Del mismo modo, el ejercicio y uso del pensamiento mítico exigen que sus propiedades se mantengan ocultas; en caso contrario se caería en la posición del mitólogo que no puede creer en los mitos puesto que se dedica a desmontarlos. El análisis mítico no tiene ni puede tener por objeto mostrar cómo piensan tales o cuales hombres. En el caso particular que aquí nos ocupa es dudoso, por decir lo menos, que los indígenas del Brasil central conciban realmente, aparte de los relatos míticos que los fascinan, los sistemas de relaciones a los que nosotros los reducimos. Y cuando recurriendo a tales mitos validamos ciertos giros arcaicos o figurados de nuestra propia lengua popular se impone la misma verificación, ya que es desde fuera y bajo el yugo de una mitología ajena como se opera por nuestra parte una toma de conciencia retroactiva. Así que no pretendemos mostrar cómo piensan los hombres en los mitos, sino cómo los mitos se piensan en los hombres sin que ellos lo noten.
Y acaso, como lo hemos sugerido, convenga llegar aún más lejos, prescindiendo de todo sujeto para considerar que, de cierta manera, los mitos se piensan entre ellos. Pues aquí se trata de separar no tanto lo que hay en los mitos (sin estar asimismo en la conciencia de los hombres) como el sistema de los axiomas y postulados que definen el mejor código posible, capaz de dar una significación común a elaboraciones inconscientes debidas a mentalidades, sociedades y culturas elegidas entre las separadas por distancias mayores. Como los mitos reposan a su vez sobre códigos de segundo orden (pues los de primer orden son aquellos en que consiste el idioma), este libro ofrecería entonces el esbozo de un código de tercer grado, destinado a asegurar la traductibilidad recíproca de varios mitos. Tal es la razón de que no se ande errado al tenerlo por mito: en cierta forma el mito de la mitología.

3 comentarios:

  1. Vidal Naquet, en su artículo "Lo crudo, el niño griego y lo cocido" pone como epígrafe la frase del gran Claude: "Odio los viajes y los exploradores". Colo

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  2. Vidal Naquet trabajaba los griegos y, de alguna manera, Levi no sólo les robó la quintita de los mitos a los historiadores, sino que les reenseñó la manera de comprender los mitos. Vos lo seguís a Vidal?

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