martes, 15 de marzo de 2011

Tsunami- la curiosidad, otra parte

Innovación en un futuro frágil

El pasado como futuro

Una idea innovadora se reconoce en que nos sorprende. Cuanto más grande es la sorpresa, más innovadora es la idea. Pero las innovaciones no solo se componen de ideas, incluso si ellas están en su punto de partida. Las innovaciones están ligadas a cierto contexto. Se basan en el reconocimiento y en la imposición de nuevas posibilidades que superan las rutinas probadas o acostumbradas. Se definen por su éxito, que se basa en la explotación de nuevos espacios de acción, sea a través de nuevos productos tecnológicos, nuevos mercados, ajustes organizativos u otros acuerdos sociales. 63. La sorpresa que es capaz de desencadenar todo esto no se origina más en la idea, sino que reside en el efecto que pueden tener en la vida y en el trabajo, en las formas habituales de ver y de pensar, en los sentimientos y en las estructuras y relaciones de poder que parecen estar estancadas. Sorprendente es también la velocidad con la que una idea innovadora se transforma en una innovación, y la aceleración con la que una innovación se expande y modifica lo que existe. Las innovaciones vuelven confusos los límites entre presente y futuro. En muchas áreas, los cambios dramáticos llevaron a abrir las puertas del presente para nuevas demandas y posibilidades que pueden ser esperadas desde el futuro. Como una mareta, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación desembocan en la vida cotidiana, donde hacen desaparecer puestos de trabajo o fuerzan el outsourcing o deslocalización subcontratada. La aceleración que apareció a través de la transmisión electrónica de información también hizo que el pulso del presente fuera más rápido. Vivir para el mañana, en parte, implica ya vivir en el mañana. Uno se considera preparado para los próximos nichos tecno-ecológicos que la humanidad ha construido con la ayuda de su ciencia y tecnología.

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