martes, 12 de enero de 2010

Mmmm

mmmmm...... será la calor, será que no estoy más en una oficina? Tal vez. Tal vez se deba, tal vez, a que estoy leyendo demasiado, a que estoy almacenando nuevas ideas y gérmenes. También estoy traduciendo. Y traducir implica un dejo del yo bastante importante, porque pone en juego una desaprenhensión del propio lenguaje, uso del lenguaje. Peter Bürger tampoco es lo más fluido del mundo. Bastante cuadro. También tuve que reescribir un documento de un proyecto oficial. Estaba tan mal escrito que, creo, me contaminó. Y no se trata de la ortografía, se trata de la construcción de las oraciones. Para quien fue cumpa de la facultad sabe que la siguiente frase es una mentira, pero, no obstante, voy a ejecutarla: "la sintaxis (es decir, cómo se ordena la oración) imita el orden del mundo". Bueno, algo de eso había. 90 hojas pésimamente escritas develaba el distorisionado orden del mundo que tenía este documento sobre educación en contextos de encierro (cárceles, institutos de menores). En el entre tanto, hoy, cansado de estar en la compu, me puse a leer para un capítulo de libro que tengo que entregar en febrero. Trata de la profecía y Casandra. Goethe, en un verano frío italiano como éste, le escribía sobre el mismo tema a Humboldt (supongo que en alemán, pero lo encontré en inglés):

The weave of this primal tapestry amazes me more than ever—past, present and future are so beautifully integrated that the spectator becomes a seer, in other words, close to divinity.
And that is after all in the last resort the final mark of success in poetry of any kind, at any level.

Ahora, voy partiendo, que me voy al baile...

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