jueves, 29 de abril de 2010

El secreto

Responden un mensaje en una botella 33 años después en Facebook

Una usuaria inglesa de la red social se contactó con Olivier Vandewalle, quien de niño dejó una carta en una botella en el mar;

Sorprendido. Al ser consultado por el Daily Mail , Vandewalle dijo que escribir un mensaje en la botella y tirarlo al mar son esas cosas que cualquier niño quiere hacer, al menos una vez. "Uno no lo hace con la idea de recibir respuesta alguna, es algo que tiene todo un aura de misterio", y agregó que el contacto de Yates fue "una experiencia increíble".

Es terrible. Ya ni las fantasías quedan. Que alguien hiciera lo imposible (responder un mensaje enfrascado y tirado al mar) y que ese medio no existiera por entonces (fachibook) dice dos cosas entre tantas otras: que cambian las fantasías y que ese lugar nos queda cada vez más lejos. Si había algo que no era público, común, compartido, era "lo secreto", ese lugar de la imaginación egoísta pero que forma la subjetividad única (pues nadie repetirá los secretos de otros, de todo el mundo; por lo menos no podríamos contrastarlo porque sino los estaríamos compartiendo). Pero lo secreto forma parte, precisamente, de eso que no sa ben todos, o nadie, de nosotros. Incluso, lo que no sabemos ni de nosotros. Ahora que cualquiera conozca por medio de fechibook -y de nuestra voluntad- nuestro culo o con quién garchamos, o qué preferimos o de qué somos fan, lo secreto nos queda cada vez más lejos. O más cerca. Digamos que si nuestra conciencia necesita liberar la "carga" de los secretos, en otro tiempo, con otra intimidación social y otros medios no tan impunes, la cuota de liberar secretos era menos caudalosa. Ahora bien, cualquier pibe de 20 años ya casi liberó su carga de secretos. Por lo que quedan dos opciones: una liberación frenética, incontenible, o la creación incesante de secretos. Lo que nos lleva más cerca de nuestros secretos, entonces, esos que otras generaciones nunca llegaron a liberar. O bien seremos unos individuos totalmente liberados, o bien nuestras cabezas producirán secretos cada vez más profundos y más díficiles de liberar.


lunes, 26 de abril de 2010

Saveme



viernes, 23 de abril de 2010

La prehistoria youtube

Ya no hay más pensamiento mítico. Si hay algo que caracteriza al origen, es precisamente su carácter inhallable. Su lado especular -entendámosnos, el bigbang, el génesis, troya, gilgamesh- son formas de explicar algún origen. La prehistoria, ciencia parida por el iluminismo, se justifica en su estado de "pre" por carecer de documentos escritos. Todo lo que siguió estuvo escrito. Por ende, con esa confianza que supone la palabra, se puede datar, analizar y blabla. Ahora bien, escritos ancestrales poco dan cuenta de datos cuanto de imaginaciones, de pensamiento mítico. Más venido para nosotros, los historiadores y coleccionistas, o el Estado que necesita de su justificación histórica, han juntado sus banderas, diarios, constituciones, incunables digamos. Youtube dio a conocer su primer video subido. En este mundo de grabaciones resultaba extraño suponer un primero, aunque -es obvio, dada la tecnología de datos- era fácilmente rastreable. Hoy publicaron el primer hijo de youtube. Que, naturalmente, se perdió en el maremoto de videos que le siguieron. Más allá de la prehistoria documentada, la fantasía de un primer video inhallable (de qué trataría, nos podríamos preguntar, cómo sería), este primer origen habla también de nosotros mismos. Qué fraglidad, qué sinceridad la del pibe mostrando su paseo por el zoo. Después todo lo que sabemos, esa postura, esa timidez ante la cámara desapareció por el mismo desafío que genera la imagen tecnológica. Las mutaciones y copias gestuales, fraseológicas, corporales. Cada video fue desafiando a los otros y llegaron a crear lo que es youtube hoy: la catapulta del estrellato anónimo (y el contagio de conductas).
Y por culpa de Lou Reed nunca voy a poder pasear por un zoológico sin pensar en este tema.

jueves, 22 de abril de 2010

Preparándose pa el frío berlinés

Ojo con facepeople! (el pueblo cara)

Lo sabíamos pero había que decirlo. Interesante de Fernando Bustamante, acá completa.

Las formas de representación tradicionales –instituciones, donde, como en la sociedad, el conflicto, el poder, pero también el organizarse son intrínsecos– no son ya legítimas. Los neomilitantes asépticos se sacuden la mugre de lo popular, pero también de todo tipo de institución política, religiosa, etc. Se están sacudiendo la mugre de la pertenencia a sectores sociales ilegítimos para hablar –porque tienen intereses o porque serían llevados de las narices.

4 Independientes o aislados: Este llevar de las narices salpica hoy también a los medios masivos de comunicación. Pero Facebook queda impoluto. Invisibiliza, como antes los medios tradicionales, su carácter de mediación técnica y simbólica. Sin embargo, allí está, y varios autores señalan que la mediación tecnológica de los vínculos implica una delegación de la experiencia (2). Emociones y satisfacción en situaciones controladas, sin el riesgo de exponer el cuerpo y la conciencia a los desafíos que un otro y su realidad puedan plantear a mi visión de mundo.

Además del miedo al otro, parece seguir operando un viejo mito que reza “si la comunicación es total –eso implica también experta–, desaparecerán los conflictos”. Y se asocia con otro, el de las nuevas tecnologías de comunicación y su intrínseca democratización de las relaciones. La asepsia política es en realidad la “mediaticidad” de las relaciones, lo común a la gente común son las relaciones formateadas, mediatizadas. Esos medios parecerían permitir la verdadera expresión de la opinión, horizontalmente, sin conflicto y en el presente perpetuo que todo el tiempo recomienza, sin historia.

5 El barro del otro: Si bien algo cambió, no está claro que haya una politización de estas clases medias, más bien un desbarranco de los medios antes independientes al vertedero de los sectores con intereses. Pero persiste el valor de independencia y del vínculo de tipo mediático.

Seguramente, surge un juicio ético por la falta de participación (la responsabilidad de sectores medios en nuestra historia), y estaría pendiente uno materialista (las condiciones concretas) de dicha participación.

Hemos asistido el jueves 15 a una marcha por la vigencia de nuestra Ley de SCA. La convocatoria por Facebook es lo más novedoso. Pero también es convocada por otros medios de comunicación que sí se hacen cargo de su dimensión política, como las radios comunitarias. Allí hay una punta de ovillo para tejer otra política, que se haga cargo, sí, de los problemas y limitaciones de la representación, pero que restituya al lazo social el compromiso que impone encontrarse con otros menos favorecidos y que, contra el presente perpetuo mediático, cultive la memoria.

lunes, 19 de abril de 2010

Con fritas

viernes, 16 de abril de 2010

Esto es capitalismo



Ya no se trata de la imagen (apariencia), sino de una segunda instancia: la apariencia de la apariencia. O sea, está el ser de la apariencia, por lo tanto, dos seres: Coca-Cola y Coca- Colla. En argentino rioplantense, Coca Coyya. En otras latitudes y pampas, propiamente Coca Colia. Así como la moneda le permitió a Platón pensar el ser, a Marx el fetiche (indirectamente), Evo nos presenta la nueva forma de vivir en el capitalismo: dentro del circuito ser aparentes consumistas (sí consumidores en su sentido pleno). Ahora, falta el Noel collano y la felicidad será total.

Ballena esotérica



Manly P. Hall explica aquí el significado oculto de Jonás y la ballena.

“Cuando se utiliza como un símbolo del mal, el pescado representa la tierra (el hombre de la naturaleza inferior) y la tumba (el sepulcro de los Misterios). Así fue como Jonás estuvo tres días en el vientre del “gran pez”, igual que cuando Cristo estuvo tres días en la tumba. Varios padres de la iglesia cree que la “ballena” que se tragó a Jonás era el símbolo del Dios Padre, que, cuando el profeta desafortunado fue arrojado por la borda, aceptó a Jonás en su propia naturaleza, hasta que alcanzó un lugar seguro. La historia de Jonás es realmente una leyenda de iniciación a los misterios, y el “gran pez” representa la oscuridad de la ignorancia que envuelve el hombre cuando se lanza por la borda del buque (nace) en el mar (la vida). “
- Manly P. Hall, las enseñanzas secretas de todas las edades

La máscara del adivino

Estas semana estuve sumergido en esos lugares donde la lectura ya no ingresa como tal. Es como salta del trampolín, mejor dicho, el momento en que entrás al agua, el momento del splash!!!, con los ojos cerrados. En ese momento, no ves nada, pero sentís todo el acontecimiento del chapuzón. Bueno, preguntarse por cierto esoterismo en un texto de hace más de dos siglos, tiene algo de eso. Aquí va algo de lo que se supone será un trabajo final (uno de los últimos antes de recibirme).


El Banquete demuestra la versatilidad compositiva de Platón, pero, lejos de ser un mero artificio sofista, ensaya una reflexión compleja al situar distintas perspectivas para un mismo tema: el éros. Mientras que la crítica identifica un tipo de género discursivo a cada uno de los siete encomios , también se hace mención al carácter tragicómico de la composición del diálogo platónico . En las “lagunas” entre encomio y encomio, se manifiestan no sólo estrategias que dramatizan la reflexión filosófica, sino también elementos cohesivos del texto total y resonancias a los discursos particulares. El presente trabajo partirá de la complementación de las lagunas con los encomios, tomando como punto de partida el siguiente fragmento (206c): μαντείας, ἦν δ᾽ ἐγώ, δεῖται ὅτι ποτε λέγεις, καὶ οὐ μανθάνω, “Adivino —dije yo— hay que ser para comprender lo que dices. Pues no entiendo”. Aunque menor esta referencia a la mántica –incluso puede tomarse casi como una respuesta fosilizada–, no debe prescindirse del contexto primero, el encomio de Sócrates, que retoma un diálogo con Diotima. Ni en el contexto total del Banquete, si se trata de un texto filosófico de carácter dramático, debe omitirse el microrelato en el rapto que Sócrates sufre en el umbral, cuyo retraso Agatón se lo atribuye a la captación de la sabiduría (175d). El carácter proléptico del Banquete también establece un vínculo entre el encomio de Sócrates y uno anterior, el de Erixímaco, que define a la mantiké como la comunicación recíproca entre los dioses y los hombres (188b-c). En este pasaje dedicado a las distintas disciplinas también se especifica la tarea de la mántica como “una artesana de la amistad entre dioses y hombres por conocer las conductas amorosas humanas que tienden a la legalidad divina y al culto” (188d) . Esta definición, cercana al daimon de la erótica, en tanto vehículo al conocimiento, devela que la adivinación, siendo un género lingüístico como los otros, bien no está representada en el Banquete por uno de los encomios, bien, de estarlo, cabe la pregunta de si el discurso de Sócrates tiene carácter mántico, o bien, de excluirse estas posibilidades, si el retraso de Sócrates no es un recurso teatral para representar el rapto mántico. Este interrogante renovaría la distinción de siete encomios como manifestaciones de géneros discursivos, puesto que se podría plantear otro nivel de diferenciación. En este punto, cabría la distinción de prácticas discursivas entre aquélla que reúne los géneros de la retórica, la filosofía y el drama, cuya producción se limitaría a un plano humano, y aquélla de la mántica, que estaría vinculada con una práctica ritual y tendría una dimensión religiosa . Este escrito, entonces, se centrará en las escasas menciones a la mántica y intentará insertarla, tanto como género discursivo o como práctica, en la armazón de El Banquete.

sábado, 10 de abril de 2010

Retiro


Tarde. Siempre Tarde. Y a veces no sabíase si llegaba. Si fuérase a no venir nunca. Pero iba. Iba nomás con el talán tatán del San Martín. Los fierros se acoplaban y salían desde un lugar que parecía nunca arrancar. Juana esperaba el tren. Se subía, entre lento y forzado. Tirando de la baranda. Empujando del piso para arriba. Esa mañana, húmeda, como todas en Buenos Aires, la provincia. Porque la humedad llega para el hermanarse. Y como era una de las primeras estaciones el tren iba casi lleno, casi. Pasaban las estaciones y se llenaba un poco más. Después, llegando a Santos Lugares, se iban amontonando. Juana miraba por el vidrio. O esa falsa ventana que ponían para el fresco y contra los bandidos y linyeras. Abrazadita a su bolso, abrazadita a su viaje. ¿Qué tenía qué pensar? No sabemos. Ella iba y venía. Y en el viaje sólo sabía que viajaba y no preguntaba. Medía. El mediodía. Los remedios. Qué pastilla. Mariela. El gallo descogotado. ¿Otra vez embarazada? No. Eso es lo que pensamos nosotros. Ella quería un auto y unas vacaciones en Mar del Plata. Tampoco. ¿Qué quería Juana? Juana quería seguir en viaje. Ir hasta Retiro. ¿Qué es Retiro? Siempre lo vi esperando el tren. ¿Existe Retiro? El centro. Ah, sí. Donde se va el Ariel. Hasta allá se los llevan. Bueno. Es el centro, ¿no? Allá van. ¿Qué dirán esos? ¿no? Miralos, que van. Que se vayan a laburar. Sitian la ciudad. Cortan las calles. Je, y pensar que le pagan a Ariel diez pesos y unos cuantos patacones. Je. Después no lo llaman hasta el 17 de octubre. Recién vamos por julio. ¿Y de mientras? De mientras seguimos viajando. El tren va y viene. De Retiro a José Cé Paz.

viernes, 9 de abril de 2010

Colifato

Ya tiene 20 años, lo cual no tendría por qué ser novedad. Pues para mí sí. Un amigo me invitó a visitar la radio Colifata en el Hospital Borda (sábados 14-19). Muchas sensaciones que ningún sentido tiene que las describa, porque todo es extrañeza (pensar en el estado del edificio, etc, etc). Y tampoco es cuestión de cancherear con algo que, en un primer momento es risueño, pero que luego se va haciendo carne en uno. Quien no pueda ir escúchela acá, quien pueda ir va a sentirse uno más. Te invitan a hablar, decir lo que quieras, compartir la tarde en un lugar sin tiempo. Todo pasa y luego se vuelve fantasma. Es tan ameno que sentís que te reciben con un abrazo, aunque seas un completo desconocido. Esas cosas que en la ciudad no pasan (quizás por eso el Gobierno macrista quiere borrarlo del mapa). Es tanto lo que me gustaría decir. Pero hablarlo suena a falta de respeto. Vayan, vayan y que siga la colifata.

La murga




Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

lunes, 5 de abril de 2010

Infinito punto rojo

O el agujero negro. Sin querer, llegué adonde nunca hubiese imaginado...

V(i)centenario

Se nos viene encima.....

Aquí me pongo a cantar,
al compás de la vigüela

que al hombre que lo desvela

una pena estrordinaria,

como el ave solitaria

con el cantar se consuela.


Contrarreforma de Martín Cartón


Aquí me pongo a chantar
Al pedir de la cerveza,
Que el hombre que lo despierta
Una bocina estraordinaria
Como la rata solitaria
Con el maullar se consuela.

Pido a punteros del gobierno
Que compren mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a contar mi historia
Me sequen la memoria
Y quemen mi entendimiento.

viernes, 2 de abril de 2010

Llegaremos a viejos? (pasaron las 4 mil)


Fuente: Una isla... que no es otra cosa que una ballena: una de las peripecias de los viajes del monje Brandan. Grabado del siglo XVI (París, Biblioteca de artes Decorativos).

jueves, 1 de abril de 2010

Hijos de la democracia

Sobre un tema muy importante, que tanto nos apela, una nota de falso intelectualismo.

Nací en el ochenta y tres, por Octavio Tomas

Tu hermano nació en 1975, con River campeón después de 18 años; tu hermana, en 1978, con la Argentina campeón del mundo; tu otro hermano, en 1979, con el Sub-20 de Maradona y Ramón Díaz; vos naciste en el 83, con la democracia”. Cuando lo dijo, mi viejo puso énfasis en democracia. Fue didáctico: a un chico al que sólo le importaba el fútbol, la comparación hacía que la democracia se convirtiera en algo de lo cual valía la pena enorgullecerse. Y mi generación nació, se crió y vive con ese estigma. Somos la Generación D, la primera en la Argentina desde la sanción de la ley del voto secreto y obligatorio cuya vida no se vio atravesada por un golpe de Estado. Es el legado que nos dejaron y aún tratamos de descubrir qué hacer con él, porque lo que nos es legado, lo que nos es natural, no nos define.

¿Qué es lo que nos define? Cuando pensé en escribir este texto del 1º de abril, encontré la fecha perdida entre el primer aniversario de la muerte de Raúl Alfonsín y el del comienzo de la muerte de cientos de argentinos en Malvinas, con el adicional del recuerdo anual de la crucifixión de Jesús de Nazaret. Tres fechas sobre las cuales los nacidos en el 83 no tenemos nada nuevo para decir.

Tenemos o estamos por cumplir 27 años –la edad de los muertos que llevamos en nuestras remeras: Morrison, Hendrix, Kurt, Janis– y sentimos que hicimos poco y nada. Dejamos de ser el futuro y miramos a las generaciones que nos siguen con preocupación, como viejos agobiados. Otra vez nos preguntan qué vamos a hacer con nuestras vidas, pero ya no en lo individual que aún intentamos resolver, sino como sociedad. ¿Qué va a hacer la Generación D, la de la democracia, el divorcio, la desocupación, el desencanto, la digitalización? ¿Qué vamos a hacer? Para empezar, intentar definirnos quizás pueda ayudar.

Ballena comment: Me pareció piola tu recuento entre histórico y sociológico. Aunque no creo que haya que plantear algo así como la definición de la generación. Eso es muy marketinero. En todo caso, dentro de 20 años nos pondrán un nombre de acuerdo con lo que hagamos. Hiciste una nota con intelectualismo de los 70, quizás de los 20. ¿Buscar definiciones? Eso viene con los hechos y los proyectos. No sé, creo que además de ser hijos de la democracia, el divorcio (lo de la d es un facilismo propio del periodismo de titulares), también hay que decir que somos hijos del sida, del menemismo, de las torres gemelas, del 2001, del 2000, de internet (sumen...). No sé, creo que las definiciones llegarán con mejores hechos y mejores palabras, cualquier estigma que nos querramos poner (¿martirizar?) no coopera. Aplaudo, de todos modos, la apelación a la generación nuestra.