viernes, 13 de julio de 2012

A la carta


A la carta

Hola, cómo estás.
El error me saludó
como no se saludan
los desconocidos.

Hola, cómo estás.
A vos no te conozco,
como no se conocen
a los actos extraños.

El error sonrió
como sonríe un policía.
Nunca fue la sensación.
Nunca nos conocimos.

Me conocía, me dijo.
No, no, le dije.
Y vos quién sos.
Un gran error.

Un error se sentó
en la esquina del café.
Llega un hombre
y le pregunta quién soy.

La tarde es una confusión.
La tarde es una confusión.
La confusión es un error.
El hombre es un error.

Delante del error
se sienta una pregunta
que sonríe como un turista.

La pregunta le dice a la sonrisa
si conoce al turista
que cuida al policía.

Las medialunas y el poder
se enlistan en la carta.
Los errores y las preguntas
se aprecian en la carta.

El café viene con tres medialunas:
ansiedad
elección
bomba.

La elección se sienta
también delante de nosotros.
Cuándo empezamos
con esta guerra de nuncas.

El error pide un té
con limón.
Yo insisto con
las medialunas.

Una foto de los tres
nos pide un turista
con sonrisa de policía.

Pregunta un policía de verdad
que qué hacemos.
La pregunta, el error, vos,
yo, el nunca, y la confusión.

Los pasaportes de todos
están vencidos.
El error se disfraza de superhéroe
y la esquina es un aeropuerto.

La tarde se va.
El error se va.
La amiga se va.
El hombre se va.
Se van como sonrisas
mucho
más que sonrisas.
El cortado llega frío
como las hazañas militantes
que reviven la figuración del desastre.

sábado, 26 de mayo de 2012

Caza cero

Después de esta serie de posts, todavía no te convenciste. Firmá y doná acá.


miércoles, 23 de mayo de 2012

El antropólogo tiene que escribir


Al parecer no hay una diferencia radical entre el antropólogo y el escritor, debido al hecho de que el antropólogo tiene que escribir. Una buena antropología tiene que ser escrita porque ésa es su dirección última. Y esa escritura tiene una relación con el tiempo. Lo que quiero decir con lo de crear una experiencia ambivalente del tiempo es que hay un pasado de la experiencia de vida que utiliza tanto el antropólogo como el escritor, pero que sólo tiene significación en la perspectiva del fin. Cuando escribo, espero que al menos un lector –uno es suficiente– me lea. Porque si escribo quiero ser leído. La escritura y la lectura son experiencias profundamente antropológicas. No todos los antropólogos tienen una “escritura de escritor”, pero en la medida en que intentan comunicar algo –que es una constatación objetiva, pero también una experiencia subjetiva–, se conectan con el oficio del escritor. Marc Auge

martes, 22 de mayo de 2012

Justicia

“El 12 de octubre de 2009 ejecutaron en Tucumán al diaguita Javier Chocobar. El 13 de marzo de 2010 falleció de un paro cardíaco frente a una topadora la campesina santiagueña Sandra “Ely” Juárez. El 23 de noviembre de 2010 fue asesinado en un corte de ruta el qom de Formosa Roberto López.”


lunes, 21 de mayo de 2012

Una nota nunca publicada

Terrorismo y literatura

Un programa del Departamento de Defensa estadounidense pone a militares a estudiar la Poética de Aristóteles y otras teorías literarias. Entendiendo los mitos que dan sustento simbólico a grupos terroristas como Al-Qaeda, piensan desentrañar sus relatos y así anticipar los pasos que, tras la muerte de Bin Laden, tomarán de aquí en más.


Osama Bin Laden ha muerto. Eso dicen. Fue entregado al mar para que no pudiera erigirse en algún lugar un nuevo mito. Tal como pudo pasar con Hitler y Presley, y no ocurrió así con Gilda y el Potro Rodrigo. Esa estrategia, no obstante, habilita un mundo de versiones, relatos y teorías conspirativas. Y todo esto lo sabe muy la inteligencia estadounidense. Se pueden enumerar infinidad de documentales y epopeyas cinematográficas hasta la publicación de todo tipo de textos sobre el fundamentalismo, sobre el choque de culturas y, cuándo no, sobre el propio Bin Laden. No siempre la lucha simbólica se da desde la construcción de un relato y en un territorio que les será próximamente fiel, es decir, lo que podríamos llamar “Occidente”. Otra pata del portaviones es deconstruir y desentrañar los símbolos y los mitos de eso que nos resulta lejano, ajeno y extraño. Eso que, visto desde nuestra periferia, es un paquete que incluye Afganistán, Irán, Pakistán, etc., etc. Para una empresa como la estadounidense, el dominio territorial no puede olvidar un dominio sobre la narración de la historia, especialmente en el territorio conquistado.

“¿Por qué al gobierno estadounidense le preocupa la narración de historias?”, es lo que se preguntó hace unas semanas The New Yorker en relación con un curso que dictó en febrero último la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (Defense Advanced Research Projects Agency – Darpa) del Departamento de Defensa de Estados Unidos. De ese programa llamado “Historias, neurociencias y tecnologías experimentales: análisis y descomposición de narraciones en contextos de seguridad”, cuya abreviación en inglés es STORyNET, participaron desde filólogos computacionales y neurocientistas hasta psicólogos, comunicadores y militares. A priori, podría pensarse que se trata de cómo contrarrestar las teorías conspirativas que andan dando vueltas por la web. Pero es mucho más que eso. Con este programa, los servicios militares buscan anticipar ataques o bien ganarles la guerra simbólica a enemigos como los talibanes o al-Qaeda a través de las narraciones mítico-propagandísticas. Del primer curso participaron 84 expertos. En abril hubo un segundo curso “Redes narrativas – La neurobiología de las narraciones” y en adelante se esperan otros tantos, más ahora que en las últimas horas Al-Qaeda lanzó metáforas como “sus alegrías se van a convertir en tristezas y su sangre se va a mezclar con sus lágrimas”. Estos cursos intentan dar respuestas a preguntas como: ¿qué rol juegan las historias en la violencia política?, ¿cómo operan las historias en los procesos de radicalización política?, ¿las narraciones modulan las hormonas humanas o la producción de neurotransmisores?, ¿de qué manera impactan las narraciones en la neurobiología para que un individuo se sienta parte de un grupo terrorista?, ¿hay diferencias culturales en la neurobiología de las narraciones?, ¿las narraciones influyen en la neurobiología del juicio moral?, ¿cómo afectan las narraciones el sentido de culpa e inocencia? Todas preguntas muy ambiciosas desde cualquier disciplina.

Este programa del Departamento de Defensa estadounidense se complementa con otras acciones más penetrantes en la guerra de las ideas. Desde el año 2006, hay un equipo de difusión digital (Digital Outreach Team) que se ocupa de interactuar en blogs relevantes en países como Pakistán o Afganistán y discutir en su idioma sobre la política exterior estadounidense. En el campo de los social media también existe un programa llamado Operación voz más confiable (Operation Earnest Voice) que, a través de múltiples identidades, se mueve por Facebook y otras redes para desmentir teorías conspirativas o desinformaciones. Estas estrategias son efectivas parcialmente. En el caso de Afganistán, el 72 por ciento de su población es analfabeta. Esto quiere decir que su comunicación es fundamentalmente oral y que es allí donde deben encontrarse los mensajes “secretos”. Por esos pagos, la oralidad es el medio principal de transmisión de las tradiciones y las costumbres que se enraízan en los mitos. De esta distancia respecto de la cultura hiperdigital del Occidente norteamericano también es conciente el Departamento de Defensa. Por ello, ya ni siquiera alcanza con minar los medios de comunicación, sino que hay que interiorizarse en eso que se suele llamar “la lucha cósmica”, es decir, los mitos y narraciones sobre los que se funda el terrorismo.

Podría decirse que estos programas de defensa tienen su origen en un artículo científico intitulado “Storytelling and Terrorism: Towards a Comprehensive Counter-Narrative Strategy” (“Narración y terrorismo: hacia una estrategia para las contra-narraciones”) publicado en el año 2005. En él, se propone una teoría que revela cómo se podrían desenmarañar las narraciones en los que se arraiga el terrorismo (o los ataques terroristas). Si no fuera porque dicho artículo fue publicado en la revista electrónica Strategic insights, revista del Centro de Conflicto Contemporáneo de la Escuela Naval de Posgrado de Monterrey, California, su título podría remitirnos al mundo universitario de las letras. Pero no. La vuelta de tuerca es que son marineros estudiando teoría literaria. Lo cierto es que efectivamente dicho artículo trata de teoría literaria (citan a Aristóteles, se refieren a estructuras del relato como las de Propp o al triángulo de Gustav Freytag) y está dirigido a militares. Este menjunje (o interdisciplinariedad como se suele decir hoy) agrega además lecturas sobre la historia, la psicología y las neurociencias. Sí, al fin de cuentas es un problema de índole celular el porqué un terrorista piensa como piensa. Lévi-Strauss debe estar festejando desde su tumba que, finalmente, el imperio aceptó que existen estructuras mentales universales y que ellas anidan en los mitos. Este artículo, por último, enlaza los ciclos de vida de los grupos terroristas (gestación, crecimiento, madurez) y las narraciones que les dan soporte simbólico. En otras palabras, el servicio de inteligencia interpreta los mitos de, por ejemplo, Al-Qaeda, para saber y develar cuál es el origen, cuál la evolución y cuáles los senderos a seguir de aquí en adelante.

Con la muerte de Bin Laden, proliferan todo tipo de relatos y desde cualquier esquina del mundo. Cada cual, a su manera, es un narrador. Pero no todos son terroristas (o sí lo son en potencia). La Defensa de EE.UU. deberá multiplicar sus fuerzas literarias para anticipar, predecir y evitar que los mitos redentores de los terroristas se vuelvan realidad. Ahora, más que nunca, cuando un mito ha caído para que surjan otros.






Si quieren los links, me avisan.

La muerte del otro

La muerte que supone el final no podría medir todo su alcance sino convirtiéndose en responsabilidad hacia el prójimo, por la cual, en realidad, nos hacemos nosotros mismos: nos construimos a través de esa responsabilidad intransferible, no delegable. Soy responsable de la muerte del otro hasta el punto de incluirme en la muerte. Levinas (2008: 57).


domingo, 20 de mayo de 2012

El valor del mito

Al contrario (de la poesía), el valor del mito como mito persiste, a pesar de la peor traducción. […] La sustancia del mito no se encuentra ni en el estilo, ni en el modo de narración, ni en la sintaxis, sino en la historia que en él se cuenta. El mito es un lenguaje; pero un lenguaje que trabaja a un nivel muy elevado, donde el sentido, si podemos decirlo así, llega a despegar del fundamento lingüístico sobre el que ha comenzado a circular. (Lévi-Strauss; 1968: 232)

sábado, 19 de mayo de 2012

jueves, 17 de mayo de 2012

Hace rato

Hace rato que no nos vemos. Los mares se multiplican. Y si extrañaban a las ballenas, vuelven una por día durante una semana. Salud!




Vivan las ballenas!

Han vuelto, las han llamado. Las ballenas se hacían esperar. A veces la obligación no es ajena. A veces es interna. A veces, la obligación invisible, transparente. El silencio no siempre es sinónimo de olvido o de omisión. Los pedidos ayudan a que el mar se mueva. En estos días, semanas, meses, se empezó a gestar la teoría de las ballenas. La hipótesis ballenera. La hipótesis de una poética cetácea. Todavía no encontró la definición precisa, esa que se hace llamar cuando parece acercarse al final de la idea, si es que la idea es un final. La ansiedad preocupa en tiempos de difuminación corredora. Los tiempos corren como no corrieron en otro tiempo. La categoría del tiempo, la experiencia del tiempo subjetivo. La circulación de signos, símbolos, algoritmos, noticias, imágenes, pixeles, preocupaciones. Una ballena muerta, una ballena albina. Una ballena. Un poema sobre ballenas. Un secreto a voces. Una voz en secreto. El significante, el significado. Qué hubiese sido este buscador, goo -no lo escribo entero por temor a la censura-, esta plataforma, este mundo, sin el estructuralismo. Cómo escaparle. Cómo escaparle al sistema, siendo un sistema. Ahora te llaman por teléfono, la nonimia, la seudonimia, la pseudoanonimidad. El peligro de tener muchos deseos. El control de los deseos a través de la identidad. Si la satisfacción agónica se encuentra en un formulario, es un mail, es una foto, es una espera. El control del lenguaje, y el lenguaje el control de los deseos, y los deseos vueltos algoritmos, el algoritmo como código para nuestra lógica. Descubrir que ahora, más que nunca, más que nunca, más que nunca, nos cagan a tiros, nos atraviesan millones de órdenes, de deseos empaquetados. La experiencia de vivir conectado.

Primitiva (ballena prehistórica- ballena pixeleada - hombre-burócrata) link


Albina (ballena uno) link


Muerta (ballena ovni) link


Científico-hombre (fósiles ballena) link


Mujer-ballena (turista- testigo) link


El discurso sobre la ballena es un discurso centralizado y hegemónico. Goo permite que así sea, los ambientalistas lo alimentan, los ilustradores lo sacralizan, los turistas lo reproducen. Por qué deberíamos pensar algo opuesto. Por qué debería ser creado otro discurso. En qué momento, en qué cultura se volvieron sagradas, como las vacas indias. En qué momento podemos decir que escuchamos un canto de ballenas. En qué momento nunca vi una ballena. En qué momento pensé que se podía hacer un mar de ballenas. Qué problema tengo. Qué implican las ballenas. Por qué ya no existen las ballenas. Por qué, por qué. Por qué ya no existen las ballenas.

Gracias por este post, Santiago K., Jackie, Trini, Eva, Sebas M., prima Poli, Barbie, Her.

lunes, 6 de febrero de 2012

Las ballenas son ballenas y no otra cosa

La ecología. El pueblo. La ballena. El pueblo de cero. El colegio de biólogos marinos quiso representar una ballena, tal cual este especimen nadaba en los océanos. Los protectores se opusieron alegando que podría ser un banquete de unos cuantos gordos codiciosos. Los biólogos preocupados por la extinción dijeron hacer una ballena de tamaño real, que respirara, que nadara. Que fuera avistada por turistas e investigada por científicos. La ballena era tan perfecta que sus pares no la reconocieron, no la quisieron. No le enseñaron las virtudes de las ballenas, no sabía cómo cazar, ni cómo danzar en los aires. Vivió lo que duran unas fotos, lo que una burbuja acuática. Y quedó desperdigada en el fondo del océano, en el desierto del rigor.

lunes, 16 de enero de 2012

El tiempo

Las labores a los albores del verano vernáculo.


La experiencia temporal tiene un carácter subjetivo marcado, al igual que el resto de las experiencias, dado que, para la sensación del tiempo externo, no existe un órgano que se excite rítmicamente por estímulos externos. Por el contrario, el ritmo es creado por el órgano interno que enmarca los estímulos del propio cuerpo. Pese a esto, siempre se considera el tiempo como una propiedad objetiva del mundo exterior y se le atribuye una duración eterna.