La ciencia es siempre histórica, en el sentido fuerte. Es decir, que se despliega dentro de condiciones muy variadas y muy variables que hay que escudriñar de cerca, para comprender, con un mínimo de exactitud, en qué sentido constituye un esfuerzo hacia el conocimiento.
Tuillier, “El saber ventrílocuo: cómo habla la cultura a través de la ciencia”.
En mi terapia académica, me encuentro divagando acerca de la ciencia argentina en la actualidad. Comunidad científica, programas estratégicos, nano y biotecnolgía. El futuro quedó en el pasado modernoso, no por el carácter de adelantado que pueda percibirse en el hoy, sino por la dinámica de construir presente arrasador, que no da lugar y atropella sin más cualquier conjetura.